China, enardecida: les han matado a un ciudadano







China está molesta, con razón. Los terroristas del ISIS (o DAESH) les han matado un ciudadano. Por tanto, se va a unir a la lucha en contra de estos desalmados.

No sé si celebrar esta delicadísima piel de los chinos por el respeto a la vida de una persona, pues supone un cambio radical en su historia política reciente.

La revolución china que concluye con la defunción de su líder Mao Tse-tung (Zedong) en 1976, se estima que causó la muerte de 70 millones de compatriotas, por no ajustarse a los dictados de las políticas del "gran salto adelante". Tampoco se olvidan fácilmente las imágenes de la hilera de tanques chinos en la plaza de Tiananmén aplastando la vida de un   estudiante opuesto al régimen que, impertérrito les encara, aunque en China se sigue negando esta evidencia del 4 de junio de 1989, mencionada como el "incidente 6-4".

Luego, cuando se instala la política de sólo un hijo por matrimonio, se inicia la depuración de niñas recien nacidas hasta el día de hoy, porque las parejas preferían tener un hijo varón de acuerdo con los valores de la sociedad china. 

Este exterminio de niñas es de tal magnitud que, los varones chinos en la actualidad, deban encontrar parejas en otros países colindantes, pues hay un déficit de 20% de mujeres debido a las políticas natales de antaño. Tantas y tan negativas han sido las consecuencias sociales de esta práctica sostenida, que, tan sólo hace unas semanas, el Gobierno chino  ha permitido que ahora se puedan engendrar dos hijos por familia.

De ahí nuestra duda. La reacción de China por la muerte de uno de sus ciudadanos se debe a un especial respeto por la vida sin paliativos de ninguna clase, o más bien, se sienten heridos en su orgullo de país poderoso con mil doscientos millones de habitantes ante la baja sufrida por el ataque de ISIS.







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