Sin mí nada podéis hacer


El avión más grande del mundo.




Estamos ante una gran revelación, capaz de llevarnos con bien hasta el fin: Sin mí nada podéis hacer.  Quienes no aceptan este aviso van derechos a la ruina.

Veamos. La locura de Judas, no estuvo tanto en la venta de su Maestro por unas monedas; de hecho, este apóstol se desprende de ellas y las arroja en el templo avergonzado de su acción. Su verdadero problema consistía en haberse apartado de su Señor, porque al ver la gravedad de su falta no creía que  la misericordia divina fuera capaz de perdonarla.

Esta fue su gran falta. De alguna manera, quienes así piensan se hacen "como dioses", al igual que nuestros primeros padres en el Paraíso. Tan grande es lo producido por ellos, que sobrepasa los límites de la misericordia divina.

En ningún momento, durante la estancia de Jesús en la tierra, vemos despachar a alguien debido a la gravedad de sus pecados. Es el caso de la Samaritana. Cinco maridos había tenido, y el actual no lo era. Pero no hay un reproche siquiera a su estilo de vida. Se necesitaba solamente reconocer con quién ella estaba hablando y su poder y querer de salvación para todos.

"¿Me quieres?", es el único deseo del Señor con el apóstol Pedro. El es amor, y ese es el pago que busca de todos, especialmente de aquellos que más le han ofendido. Por tanto, ¡ánimo!


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