El mundo de las prisas


Sin prisas, es lo que sugiere este cuadro de 
Aleksandr Averin, aunque este pintor ruso jamás pensó en ello al pintarlo.






El andar con prisas supone una falta de respeto hacia las personas y las cosas. Se pasa de largo, apenas sin darse cuenta de esa maravilla de creación que al contemplarla su creador vio que era algo "bueno", con la excepción del hombre, a  quien consideró "muy bueno", según se relata en las primeras páginas del Génesis. 

Meterse en ese primer lugar del tiempo desde aquí y ahora, es adentrarse en el "asombro", esa primera condición para, según Aristóteles, aprender y conocer, como sabe cualquier buen maestro. Estas formas de hacer se descubren al entrar en contacto con la poesía.

En la poesía se nos hace contemplar el mundo de otra manera: íntima y universal, porque se nos transporta más allá del tiempo y del espacio, sin dejar de estar presentes en ellos, para poder tratar cada cosa, cuidadosamente. Entonces descubrimos lo "bueno" de cada cosa.

Para hacernos una idea de este mundo desde el principio, podemos sorprender a Adán poniendo su nombre a cada cosa; no cualquier nombre, sino el suyo propio. Al fijarse en las cosas, descubría su esencia, su complejo ser. Por eso hoy, al pasar deprisa por el camino, ni siquiera sabemos el verdadero nombre de cada cosa. De esta manera, poco, muy poco, puede avanzarse en el conocimiento, pues apenas la memoria puede recordar lo visto y se queda sin algo concreto que ofrecer al
entendimiento.

Obrando así, no queda lugar para el amor, pues apenas nada queda para enamorarse. Las crisis del amar se relacionan mucho con vivir deprisa: se queda el corazón sin esas razones aunque sean ininteligibles para la cabeza.

Si nos quedamos con la idea de caminar sin precipitación, quizá hayamos logrado algo con estas líneas algo de provecho. No olvidemos que Dios es amor.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra