Zweig: sus razones para optar por la muerte



Stefan Zweig (1881-1942)




Es difícil determinar cuándo Stefan Zweig decidió quitarse la vida. Definitivamente este genial escritor consuma su estancia entre nosotros en 1942, en Petrópolis, Brasil, lejos de su patria natal, Austria.

No era Zweig una persona impulsiva, a juzgar por lo comedido a la hora de labrar cada uno de sus personajes. Por eso pensamos en su vida, poco antes de que se apagase.

Montaigne era uno de sus personajes preferidos. Quería salir de este mundo, como Platón, con las "manos limpias". Así lo cita Zweig en, quizá su último escrito, alrededor de 1942. En ese escrito, merodea quizá, haciéndolos suyos,  sus sentimientos acerca de la muerte.


                     "Y entonces a él, que había estudiado la vida y cada una de sus experiencias, no le queda por saber más que una cosa, la última de la vida, la muerte. Murió sabio, como sabio había vivido. Su amigo Pierre de Brach escribe que su muerte fue tranquila 'después de una vida feliz' y que debía considerarse una suerte el que lo librase de una gota paralizante y su dolorosa colelitiasis. Pero los frutos de su espíritu no cesarán ---pese al tiempo--- de alegrar a los hombres de espíritu y buen gusto".

No podemos decir si su vida fue feliz. Al menos, quienes son felices de verdad no se suelen quitar la vida. Pero sí podemos decir con certeza que fue un hombre "de espíritu y buen gusto", y que seguiremos disfrutando de sus escritos, que fueron su vida entera hasta el final.






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