¿Qué esperamos en la víspera de Navidad?



Partitura original del villancico Noche de Paz
(Stille Nacht), de 1843, cuya autoría se descubre 
en 1995.




Si a la pregunta ¿qué esperas de la Navidad?, alguien responde, "nada", no espero nada especial de esta Navidad, se podría alinear con  todas aquellas personas que miran por la ventana, como Ebenezer Scrooge, el mísero personaje de Charles Dickens  de su obra Un cuento de Navidad publicado en 1843. Con una mirada de rencor y envidia fisgaba a quienes pasaban alegres por su calle al regresar de las reuniones navideñas. Él no podía celebrar nada, porque en "nada" creía. En su soledad veía cómo celebraban alegres "quienes conmemoran con fervor el nacimiento de su Dios", como hoy admite para distanciarse de ellos una  periodista tatuada con lo negativo de la vida. No falta siquiera en una de sus columnas, trate de lo que fuere, una mención a la religión, a la fe, a la Iglesia, para encumbrar sus quejas en la comparación. La Iglesia le sirve siempre de apoyo en sus correrías literarias. Se dedica, como siempre, a sacar los trapos  sucios de la sociedad, venidos y por venir, para justificar los motivos de su encono.

Pocos años antes a la publicación de Dickens, en 1818,  el pueblecito austriaco Oberndorf, daba a luz el más famoso de todos los villancicos de la tierra: Stille Nacht, heilige Nacht (Noche de paz). Sin la promoción publicitaria de hoy en día, sus autores Franz Xaver Huber (música) y Joseph Mohr (letra) se apoyaron para dar cauce a esta composición famosa en todo el mundo. Se desconocieron hasta 1995 quiénes fueron los autores, y se creía que la canción formaba parte del folklore austriaco anónimo, a partir de su primera puesta en escena en la Misa de Gallo de la Nochebuena de 1843 en Iglesia de san Nicolás, acompañados de una guitarra, pues el órgano se había descompuesto.

Millones de personas en todo el mundo, gracias a la Navidad se reúnen en familia para celebrar la fiesta más entrañable del año y, quizá, se animen a cantar este villancico, inevitable en estas fechas.

Entonces, ¿qué puede esperar una persona en estas reuniones de Navidad? Cariño, por encima de todo. Atención, la persona quiere ser escuchada al contar sus historias de la vida. Y casi siempre,  perdón si hubiere habido algún tropiezo en las relaciones.

Esta es la esperanza para este tiempo del año: amor, escucha y perdón. Claro, y no puede faltar un buen trozo de turrón y un brindis con un buen vino de la tierra (o importado). Es Navidad. Que la sea muy feliz para cada uno. 






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