En el "querer" reside todo, y se protesta porque no se sabe



Protestas en Francia por la... reforma laboral.




El mundo está aprisionado, y apenas se puede mover, atrapado   los lazos de la conveniencia y la tecnología.

Por medio de las tecnologías, convocadas desde Chile hasta Europa, se oyen los gritos en la calle de tantos grupos con ideologías distintas  reclamando. Las protestas surgen cuando las personas no pueden comunicar. Y es que las tecnologías tienen el poder de "convocar", como si fuera una nueva "primavera árabe", al descontento reinante. Pero una vez convocados, no se sabe por donde seguir: la "tecnología" nos deja desamparados en cuestión de "fines". Entonces, sin saber por dónde seguir, el descontento acumulado se aboca a "destruir" lo que encuentra a su paso. Así, la necesidad de "protagonismo" se satisface en parte con la presencia de los media, engolosinados con la trifulca para Pexhibirla al día siguiente en as primeras planas de sus periódicos. Es la "conveniencia", resultante del ruido y de la falta de comunicación

La comunicación consiste en querer decir lo que uno quiere, porque  tiene algo que decir; esto es, sin embargo,  algo distinto que decir lo que uno quiera. Por ejemplo, la "conveniencia" de manifestarse deja los residuos de un descontento, y pueden recogerse lo resultante del cónclave (no cualquiera puede fundirse con los grupos de protesta). Ahí no se da la comunicación: si bien expresan lo que les viene en gana, no tienen nada que decir. Estos residuos se aprovechan por los media y satisface a los alborotadores al verse reflejados en una noticia.

Es lamentable, pero la juventud se ha quedado en la protesta, el ruido, la violencia callejera. Pero quienes gobiernan no han sabido interpretar los desmanes, y el presidente del país, Sebastián Piñera, ha comenzado a soltar dinero a los descontentos par ver si se calma el ambiente. En una sociedad materializada, se piensa enseguida en remedios materiales para cualquier arreglo.

Nos parece, sin embargo, que las cosas no van por ahí. Los jóvenes quieren protagonismo, y no quieren esperar a que se les conceda desde arriba. No están educados en la paciencia, con ese ir preparando con esperanza para un fin. Prepararse para un examen les parece tedioso, algo sin sentido, por no verle la relación con la vida real.
 ¿Qué sabe la sueca Greta Thunberg de apenas 16 años sobre el cambio climático? Pero ya tiene un título, concedido por la sociedad de los media: activista. Con ese título ya puede entrar en sociedad y juntarse con quienes también lo tienen. 

En ese título se esconde la esencia del mundo actual: no se sabe qué pasa, peo no esperar a que pase.Mis derechos nacen de la impaciencia y el descontento con lo que soy y lo que se me ofrece.Y si la oferta no me gusta, "tengo el derecho" a protestar.

Como decíamos, no comunican porque nada tienen que decir; y resulta "conveniente" para ellos y para los media recoger los escándalos del día a día. Al fin y a cabo, lo profesionales de tales media tampoco saben de que va el asunto.

Y este tema va a seguir dando mucho de qué hablar. Además,  no se sabe que en querer reside toda la fuerza, pero se necesita antes...saber.





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