¿Porqué no hay paz en el mundo?



Reunión navideña con el Papa en el Vaticano de los 182 países con representación diplomática. Ahí están los responsables de los principales conflictos a nivel mundial.



Ha estallado la paz, es el título del último libro de la trilogía sobre  la Guerra española de  de José María Gironella. Odios y resentimientos impedían vivir en paz en una pequeña nación de Europa, sumados al hambre, las penurias y el desempleo de quienes no salieron a los lugares de las Américas, como si se tratara de una nueva tierra de promisión.

Cada vez son más los encuentros nacionales e internacionales para hablar de la paz, de los recursos, del clima, con discursos bien planeados y  abundantes estrechamientos de manos, con apenas resultados.  Pero si nos preguntamos hoy el porqué de tanta guerra y amenaza en el mundo, no podemos evitar ver a ese mismo hombre de ayer (el hombre siempre es el mismo) buscando razones para no dar el brazo a torcer en sus ambiciones desbocadas por lo "material".

En Libia se trafica con personas. El país dividido se apoya una facción en Grecia; de la otra, se encarga Turquía. En el fondo, interesa las posibilidades de conseguir petróleo en sus costas. China hace lo mismo con el Pacífico. Trata de adueñarse de islas insignificantes (Paracelso, Spratly) como si a ese país asiático le faltara territorio para moverse; pero son útiles también como reservas de gas y petróleo, y como bases militares. La paz de Ecuador se asienta en un negocio de plantíos de cocaína, y su producción y venta supone para algunos una fuente inconmensurable de ingresos.

Se podría proseguir con la lista de lugares marcados por el conflicto, pero en una sociedad materialista, la potencia se queda cada vez más lejos de las ideologías y más empeñada en el control material de las cosas.

El mundo carece de  paz porque no hay orden. Y hoy especialmente las redes sociales marcan el ritmo. No se están usando estas "redes" para conseguir un mayor bien para todos y se producen tensiones inacabables. Por consiguiente, estos avances tecnológicos, son buena parte del desorden. Se sabe más de tecnología, pero se olvidan las cosas y sus nombres. Por eso,  cada quien dice lo que quiere de las personas y de las cosas sin responsabilidad alguna. 

Se trafica con la madera, las plantas y sus frutos, los minerales y...las personas, todo comprado a un precio, sin importar la dignidad en juego. 

El año se acaba; también la vida. Y cada uno deberá rendir cuentas de sus obras. No faltan recursos, de ninguna manera. Falta buena voluntad para cuidar de la creación y administrar los recursos existentes.





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