Por qué no habrá cambios en el Sínodo: la "doctrina" no se tocará nunca

De pequeños nos solían decir respecto a ciertas cosas, niño, eso no se toca.

Podemos afirmar lo mismo acerca del Sínodo. Después de tantos dimes y diretes propalados quién sabe con qué intención, muchos de ellos a años luz de la verdad del matrimonio y de la familia, sabemos que la doctrina de la Iglesia sobre todos estos temas no se va a tocar.

¿Cómo lo sabemos? Hay varias pistas. Una, el Papa dijo hace algún tiempo que él no pensaba escribir ninguna exhortación al final del Sínodo. Y no tiene obligación de hacerlo, a no ser que quiera especificar algunos puntos sobre el Magisterio de la Iglesia, se hayan tocado o no en el Sínodo.

Además,  el Papa no tiene por qué seguir las tesis del Sínodo. Si quiere, puede recoger algún punto o ignorar del todo las conclusiobes de los padres sinodales. Entonces, si no va a escribir nada que sea Magisterio sobre el tema de la familia, hoy tan debatido, ¿para qué celebrar el Sínodo?

No podemos conluir que se trata de una tomadura de pelo. Celebrar dos sesiones con un año de por medio para reflexionar sobre un tema con 270 especialistas provenientes de todo el orbe católico y algún ortodoxo, no es cualquier cosa.

Pero la pista de esta opinión tiene su fundamento en esa declaración del Papa: no escribiré nada al final del Sínodo. Y esto será así porque no se modificará ningún punto de la doctrina sobre la familia. Entonces, ¿por qué tanto ruido?

En efecto, el ruido no lo hace el Papa ni quienes están con él. El ruido lo hacen los medios de comunicación, que de hecho, celebran su propio sínodo.  El meollo del asunto se puede encontrar en la oración que el Papa compuso con motivo del Sínodo. 

En ella dice Francisco: que todos  tomen conciencia "del carácter sagrado e inviolable de la familia, y de su belleza en el proyecto de Dios".

Más claro no se puede decir que la doctrina sobre la familia no se tocará, porque ni la Iglesia ni el hombre pueden hacerlo.

Sin embargo, la familia atraviesa por momentos difíciles. La Iglesia católica, que es Madre y Maestra, quiere que en este Sínodo se encuentren mediante el diálogo soluciones que protejan a esta institución doliente. Que, de acuerdo con las diversas culturas, se busquen remedios prácticos (el Papa es muy pastoral) para acompañar a quienes necesitan de ayuda.

Pero nada de lo anterior requiere de cambios doctrinales. Por tanto, Francisco  no necesita escribir nada en plan magisterial. Se trata de ver en nuestro tiempo, cómo la Iglesia puede servir a las familias.

Como el título de la obra de Shakespeare, Mucho ruido y pocas nueces. El ruido, como dijimos, es de los media. Las nueces, que vienen desde el "principio", no se tocan y se protegen de los gusanos que tratan de devorarlas.





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