Jamón jabugo, sí; alacranes, no

No sé si usted ha tenido la suerte de probar unas lonchas de jamón "pata negra", jabugo, recién cortadas por quien sabe hacerlo. No se le olvidará nunca esta expereriencia.

Pero la OMS (Orgacización Mundial de la Salud) ha dicho "ojo" con tales prácticas, sobre todo si alcanza el consumo diario los 50 gramos de jamón, porque aumentaría en 18% la probabilidad de contraer cáncer. Bendita palabra.

La OMS lo ha dicho así, desde Lyon, Francia. 

Pero a unos pasos más allá, en Bélgica, el Parlamento acaba de aprobar la venta libre de insectos de todo tipo, incluidos los gusanos y los alacranes de importación. 

Si repasamos la historia del hombre, vemos que desde Adán y Eva hasta Noé se alimentaban de los frutos y verduras de la tierra. Después del diluvio comenzaron a comer carne.  Luego la OMS se ha puesto en parte del lado de los primeros descendientes de Adán, quizá para que no nos venga otro diluvio, ahora que tan candente está el tema del cambio climático.

Shakespeare lo diría así: Jabugo o alacranes, that is the question. Cuando caemos en manos de los científicos (la ciencia es otra cosa) arropados en experimentos complejos al cobijo de sofisticadas tecnologías de medición, no tenemos manera de argüir. Estos señores miden lo que se puede medir, la cantidad; pero nada pueden aportar a la calidad.

Entre una lonja de buen jamón y un saltamontes, con todo respeto, me quedo con la tradición de mis mayores que nos enseñaron a saborear la calidad de esos "pata negra". Y  su sabiduría también nos enseñó las bondades de vivir la templanza (virtud que enseña a controlar  el apetito desordenado) en todas las cosas.

Yo les recomendaría entonces seguir la tradición de los abuelos, que supieron vivir muchos años disfrutando la calidad de lo bueno (Con sumo respeto a quienes comen gusanos). Además, comer más de 50 gramos diarios de "jabugo", se sale de cualquier presupuesto.

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