Las buenas costumbres: ¿Una imposición del pasado?

Está en la calle, y todo el mundo lo repite: se van perdiendo las buenas costumbres.

Con tal afirmación se vislumbra la dicotomía de "buenas" y "malas" costumbres. Pero, ¿qué es la "costumbre"?

Dios puso al hombre en el "jardín del Edén" para que lo "cultivara". Es decir, a la serie de creaciones parciales desde el primero al sexto día, el hombre debía añadir algo nuevo. A lo natural ya existente, el hombre se iba a ejercitar en la cultura. 

Cuando el hombre cumple con este encargo, aparece la costumbre. En tanto se preserva el "plan original" estamos hablando de una "buena" costumbre. De lo contrario, demos paso a una "mala" costumbre, porque se pervierte la "continuidad" del ser, de la especie.

Tenemos un ejemplo claro en la "ortografía". Hace unas semanas, muchos de los aspirantes españoles a la enseñanza, no pasaron las pruebas, en parte, por sus faltas de ortografía. Carencias alarmantes en una persona llamada a enseñar a otros una disciplina, un arte.  Si cada quien hablara como le parece, sería muy original pero no se entendería con nadie.

Es decir, la creatividad supone un orden. Se "cultiva" a partir de lo ya creado. Hay un respeto por lo ya convenido. ¿Es eso ser conservador? En parte. Siempre hay lugar, como vemos en todos los lenguajes, para cultivar dentro de lo ya plantado. Una vez en Atenas, entablé un divertido diálogo con el dueño de un comercio, en una de las callejuelas de un barrio céntrico. Traté de recordar y recitarle la conjugación del verbo "ser" y alguna de las frases griegas estereotipadas de hace dos mil setecientos años de Homero, tal como me las habían enseñado. Por supuesto, el comerciante se reía y me enseñaba cómo se pronunciaban ahora las frases de antiguo. Pero había un mínimo de entendimiento debido a esa "continuidad"

La convención había conservado una parte del lenguaje de ayer, con algunos cambios debido a la cultura. La costumbre se hizo cargo de la continuidad, sin taponar las salidas a la creatividad. 

Las "buenas costumbres" en el hablar, en el vestir, en la convivencia social, se van esfumando. Incluso quienes escriben en los media no salen del escenario del mal gusto en cada uno de sus artículos, citando para dárselas de "progres" órganos sexuales, las prácticas de sexualidad sin fin, los ataques a la Iglesia por cualquier motivo... Esto ocurre a diario. Son feministas y corifeos "feministos" rasgándose las vestiduras debido a la intolerancia, mientras toman su "martini" en los descansos  de las pasarelas de Victoria Secret, comentando el maltrato a la mujer con otras mujeres.

En fin, las "buenas costumbres" se han desentendido del valor de la "costumbre", ese resquicio donde todavía hay un lugar para guardar la tradición en todos los ámbitos de la vida.