Inteligencia artificial: una plaga en la cultura


Acaba de nacer, y ya es una plaga. La llamada "inteligencia artificial" (IA), no es inteligencia ni es artificial. Nada de lo hecho por el hombre es artificial, y la inteligencia es obra divina, que hizo al hombre a su imagen y semejanza.

Al leer A Thousand Brains (2021), su autor Jeff  Hawkins, cofundador de Numenta (una empresa dedicada a la investigación de la neurociencia) y fundador de Redwood Neuroscience Institute, subtitula su obra de 272 páginas, Una nueva teoría de  la inteligencia. 

Una obra respetable que, en estos tiempos de IA promete mucho, pero, en nuestra opinión, se queda corta porque no encuentra salida a la realidad de la inteligencia, al surcar entre los caminos de la evolución y principios de la mente al aprendizaje de las máquinas para entender cómo la mente crea inteligencia.

El autor, Hawkins, afirma que no quiere debates con filósofos (p.136) en su ir y venir por  conceptos clave como "consciousness", "intelligent" entre otros. En este último, dice que no somos inteligentes porque podemos aprender una cosa, sino porque podemos "hacer prácticamente cualquier cosa". 

Está bien anclar todo el proceso de aprendizaje, por ejemplo, a mecanismos puramente materiales, aunque sea a costa de suprimir toda "presencia" de lo espiritual. Es cuestión de "tiempo" el poder dar cuenta de los interrogantes que rodean la IA. 

El problema de su enfoque, según me parece, no es queramos reducir el hombre a una dimensión puramente material, sino dejar al hombre como una máquina compleja, superior, cuyo futuro se encierra en una andadura sin más esperanza que la investigación de muchos en el campo de la neurociencia, apartado de la verdad del ser humano, creado a imagen y semejanza de Dios, que es sólo espíritu y sólo amor.

Mi argumento no es contundente, pero sí reconoce que las contribuciones de la IA traerá avances claros a la vida del hombre, aunque no deje claro en qué consiste esa vida, excepto en su dimensión material. Creo que la realidad, lo real, se le escapa a los acercamientos de la IA a la vida, a lo real.
































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