Un santo con gafas: san Josemaría



Quizá una de las cosas más molestas para quienes se dedican al arte, consiste en representar a un santo cos gafas.

Hasta el siglo xx, no había prácticamente ninguno. Es más, se podría pensar que los cortos de vista aspirantes a la santidad, se cerraban el camino si llevaban gafas. Pero no es este el caso. 

Vemos entre algunos de los santos y beatos del siglo XX la presencia de lentes, en alguno de los momentos de su vida, especialmente en los papas: Pío X, Benedicto XV, Juan XXIII, Juan Pablo I, podrían servirnos de preludio en el santoral de afectados en su visión. Pero no se se suelen representar con gafas.

El primero en aparecer desde su muerte hasta su canonización es Josemaría Escrivá de Balaguer. Hasta le caen bien los lentes en sus cuadros y esculturas.

No en vano san Juan Pablo II le llamó el santo de lo "ordinario". Es decir, su camino hacia la santidad estuvo clarificado por subsanar su insuficiencia visual con unos  lentes, y no se le quitaron después de su muerte para embellecer su semblante o facilitar su representación en el mundo del arte hoy se le representa tal como para mejor reconocerlo a quienes trataron con él en vida o para alentar a los aquejados de alguna carencia visual.

Sí, san Josemaría es un santo con gafas, y ahora sin ellas, puede gozar, sin embargo, de la "visión beatifica".


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