Hombres que no sólo cambian la cultura de su tiempo

Nietzsche, Friedrich (1844-1900).

Sabía tocar el piano. Pero Dios había muerto. No era, sin embargo, artista, ni creía en lo divino. Lo impuesto, la tradición, las creencias dogmáticas, van contra el espíritu moderno.

Elisabeth, una de sus hermanas, con dotes de empresaria, se aprovechó de su talento. Muy delicado de salud durante sus últimos cinco años de vida, no produjo nada. De ahí, su hermana, sí supo sacar partido de los  escritos de Friedrich y logra hacerlo casi rico, al adueñarse de su fama y del dinero producido por una ingeniosa y sagaz presentación de su obra. 

Se entiende la "libertad" como el filosofar sin tradición. Al proponer al hombre salir de su ceguera, de su prisión intelectual, se le está dejando en el "vacío", para desde ahí ir tejiendo, libremente, el porvenir, el futuro, sin una obligación moral o, mejor dicho, hacer desde ese vacío una  moral, para dirigirlo hacia un bien superior, regentado por una fuerza indefinida.

Elisabeth condujo los escritos de su hermano hacia esa fuerza del III Reich, enaltecida por la figura de Hitler, el nazismo, con quien llegó a tener un contacto personal y a cuya ideología dedicó su vida.

La filología de Nietzsche no despertó entusiasmo alguno durante su estancia  en La Universidad de Basilea; más bien al contrario, se creó una corriente en su contra que socabó su dedicación a la actividad docente. Pero, con del tiempo, sus escritos, alcanzaron notoriedad en Dinamarca y, desde ahí, se extendió su fama a otros países.

Su frase harto conocida "Dios ha muerto", aunque no fue originalmente suya, pero sí el sentido que Nietzsche le dio, quiso orientar al hombre a ser él mismo, sin depender de las prescripciones dadas por otros a la hora de orientar su vida. Sus recomendaciones se dirigían a la clase culta, para orientarla hacia ese "superhombre" mítico, capaz de llenar su vida.

En fin, se implanta así el nihilismo, pues el "dios" del hombre no valía la pena, porque había sido creado a su imagen y semejanza.