¿Qué decir del mensaje a los homosexuales dado por el papa Francisco?
En primer lugar, todo hombre tiene derecho a pertenecer a una familia. La convivencia social viene dada porque el hombre es un "ser social" por naturaleza. No se trata de una elección, es un hecho. El hombre es un ser en "relación", y nace en familia.
Sin apartarnos de la idea mencionada, donde se defiende el derecho de los homosexuales a ser parte de una familia, nos encontramos en primer lugar con otro hecho: el hombre, todo hombre, vive en sociedad. Por tanto, debe haber un derecho protegiéndolo si hubiera quienes lo quieren aislar.., despojándole de tal derecho por alguna razón más o menos justificada.
Dada la legislación pertinente, los homosexuales (y quienes no lo son) que viven en familia deben ser capaces de disfrutar de los derechos a poseer, heredar, compartir, crear empresas, comprar y vender en solitario o a nombre de su pareja, si ese fuera el caso.
Hay quienes piensan que tal prerrogativa los equipara a los matrimonios, constituidos por la unión consentida entre un nombre y una mujer. Esta figura es completamente distinta. Ser familia no equivale a ser matrimonio en ningún sentido. Por ejemplo, las relaciones sexuales están encaminadas a la procreación dentro del matrimonio. No son un derecho por ser miembro entre quienes componen la familia. Tampoco es un derecho el que se puedan "adoptar" hijos o procrearlos por medios artificiales, o por medio de la contratación de "vientres de alquiler". El tener hijos no es un derecho de los padres, ni siquiera en los matrimonios constituidos como tales. Nadie tiene derecho a tener un hijo; por tanto, no se atenta contra ningún derecho de los homosexuales el no tenerlos. Por otro lado, los hijos sí tienen el derecho a ver el rostro de un padre y una madre desde su nacimiento, claro está, siempre que la vida propicie esta presencia parental.
El acto sexual en el matrimonio entre un hombre y una mujer debe ser "unitivo" y "procreativo". Cuando no hay matrimonio, las relaciones sexuales están fuera de lugar. El hecho de que se den, no las hace legales; así como la delincuencia no se justifica porque se den casos en todas las sociedades. Asimismo, incluso en el matrimonio, cuando el acto sexual no acaba de estar abierto a la vida por defectos en la "unión" sexual, también está fuera de lugar, pues no se puede obstruir o interrumpir o simular el acto sexual.
En fin, ser familia no significa apertura a las relaciones sexuales entre homosexuales, pues éstas, cegadas como están a la posibilidad de la vida, carecen de sentido, aunque se obtenga placer de alguna manera. Y la castidad es una exigencia para todos los hombres.
“Las personas homosexuales tienen derecho a tener una familia. Son hijos de Dios y tienen derecho a una familia. Nadie debe ser expulsado ni se debe hacer sentir a nadie desdichado por ello”. Han sido las palabras del papa Francisco en un documental lanzado este miércoles, de donde han salido comentarios por todas partes.
En efecto, esto son las palabras del Papa. Por supuesto, se pueden matizar más para eliminar confusiones o interpretaciones torpes si las hubiere. La doctrina de la Iglesia sobre este particular está muy clara, y se puede consultar en las fuentes vaticanas desde su última precisión en el año 2003.
La "unión civil" entre homosexuales que mencionó el Papa en unas declaraciones a los media, se comenta por algunos como una salida para algunas de las situaciones actuales controvertidas, pero no significa en lo más mínimo que ese vaya a ser el "camino" de la Iglesia para la convivencia homosexual. De hecho, el Papa se ha pronunciado en múltiples ocasiones sobre el matrimonio como la unión entre un hombre y una mujer.
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