¿Ir de "fiesta"? Pero, ¿en qué consiste la "fiesta"?


¿Qué significa "ir de fiesta"?

En nuestros días, "ir de fiesta" significa alegrarse en una reunión donde el alcohol corre sin freno durante las horas de la noche, muchas veces en medio de la calle o en una plazuela donde se alborota, se baila y se canta sin importan la molestia causada a los vecinos...En eso suele consistir la "parranda".

La "fiesta", ha sido conocida como "pausa de descanso". Pero este concepto clásico no se entiende hoy. No hay tiempo para ello. Precisamente, "ir de fiesta" significa para los jóvenes, una inmersión en lo temporal, agotando el tiempo en una actividad continua hasta el extremo, con música de ritmos frenéticos, altisonante.

Se maravillarían muchos si supieran el origen y significado de la "fiesta", desde siempre. Se trata de conseguir el "sosiego" en un espacio donde la "tradición" ha dejado el cultivo de la "verdad", en un acto supremo del "culto", más allá de la filosofía y de las interpretaciones de los teólogos. Ahí, el ojo de la contemplación se dirige hacia lo amado (plagiando así al doctor angélico en sus Sentencias). En ese acto de culto se ofrece un sacrificio a la divinidad y la "felicidad" se da a raíz de ese encuentro; pues ella no es algo que se obtiene directamente por medio de una técnica, sino a resultas de un abandono total en el ser amado.

Ahora, dirán algunos, en tiempos de pandemia, necesitamos de aplicaciones útiles que den como resultado una vacuna eficaz contra el mal que aqueja a prácticamente todo el mundo. Pues bien, este saber dirigido a la consecución de algo útil es algo necesario, pero no suficiente. Esto es así cuando se ve el mundo como materia, solamente, sin un ápice de "misterio". Al ser todo concebido materialmente, la posesión de una mayor parte de este todo material da el poder a quien lo tiene. 

El hombre es un compuesto. De ahí la importancia de la unidad. Los padres de una criatura aportan la parte material del conjunto; pero a esa participación de le "infunde el espíritu", sin el que la vida no sería posible. El "espíritu" es el "señor y dador de vida". Mediante la reducción del todo a la parte material del hombre, se rompería la unidad al desestimar la parte vital del conjunto. Por eso, la materialización del mundo deja al hombre en el ámbito de lo cuantitativo, donde la posesión se convierte en un aspecto primordial del "poder".

Entonces, la fiesta trata de recuperar la unidad con el principio; de ahí la celebración, el "culto" a quien  proveyó de vida a lo material, al asumirlo por algo dotado de espíritu. Esta donación se hace posible en virtud del amor, pues no hay distinción en lo inmaterial entre uno y otro. El espíritu es amor y al darse da la vida.

Ya iremos aclarando este asunto de la unidad para rescatar el "sentido" porque éste es un acto del pensamiento, y pensamiento existe pero no ocupa lugar. No se puede desvirtuar más este "sentido" de fiesta, cuando vemos a este término unido a la marca de un automóvil o al nombre de un hotel.

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