El reino de la mentira, ¿en España?

Todavía, no. El reino de la mentira, merodea España, pero esta nación no ha sucumbido todavía a los halagos y caprichos de la clase política en turno.

En primer lugar, sí le falta "firmeza". El decir se desdice cuando conviene. La palabra, carece de valor. Interesa sólo el "poder". Con este fin, cualquier cosa dicha es maleable.

En segundo lugar,  falta amor por la "unidad" del país. Como las dos mujeres litigando delante de Salomón por la maternidad; a la falsa madre,  cuyo hijo se había asfixiado durante el sueño, no le importa consentir con el cruel veredicto: partir por la mitad al hijo vivo y repartirlo a cada una de las madres. Al gran Unamuno, le dolía España. Pero al actual presidente español, por ejemplo, nada le duele. Le importa poco pactar con quienes han tratado salvajemente de separarse de la nación durante 50 años (ETA) perpetrando más de 3.500 actos terroristas dejando 864 muertos  y alrededor de 7 mil víctimas, por un lado; por otro, concierta encuentros con quienes ahora juegan con España y  pretenden  a toda costa independizarse del país haciendo caso omiso del sentir del resto de los españoles.

En tercer lugar, se ha asentado el "reino de la mentira" como moneda oficial de cambio. Pocos quieren oír la verdad. La ideología se ha posesionado de las mentes de muchos, y quienes deberían presentar los hechos después de indagar su veracidad. Urge en el periodismo una persistente búsqueda sin temor al qué dirán. Y se trata con frecuencia de acomodar en lo posible  las voluntades del sistema judicial como sería el caso de la hasta ayer ministra de Justicia, Dolores Delgado, convertida  hoy en  la Fiscal general del Reino, a pesar de su conspicua actitud socialista.

Como resultado, el "prestigio" del país se debilita, en especial cuando ahora se trata de quitar el derecho de los padres a la educación de los hijos "en nombre de la libertad"; además, se acumula el descrédito de  España en la Unión Europea debido a la falta de seriedad en las cuestiones del independentismo catalán, aceptado por nadie; y su dejar el "gobierno en funciones" recurrentemente durante largos períodos, aunque ahora se nombren a 22 ministros como si se quisiera realizar el trabajo perdido aumentando el personal y 30 Secretarías de Estado.

Lo interesante es que quienes no son amigos de la verdad, juren sus cargos por "su conciencia y honor". Se han retirado de la mesa del compromiso de sus cargos, cualquier elemento religioso como soler había.








Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra