Pedro Sánchez, presidente en "defunciones": afrenta moral

Desenterrar a Franco: poner fin a una "afrenta moral". Así ha dicho Pedro Sánchez, presidente en funciones del gobierno español. 

"Moral", para P. Sánchez, es un árbol que da moras. Y no se le ve muy serio cuando habla de "afrentas" a quien no ha tenido vergüenza (incapacidad de unir las roturas de España ni de formar gobierno) ni honor (plagios en la tesis) en su trayectoria política ni estudiantil.

Uno  de lo problemas del "relativismo" actual, afecta también a las palabras. Han venido a decir nada. Su significado, lejos de referirse o nacer de la realidad, se nutre de ideologías, pareceres y conveniencias del hablador, quien, como político modernista no tiene interés alguno en contribuir al bien común de la sociedad. Busca el suyo propio; en este caso, reafirmarse en el "poder", ese poder que le niegan los españoles con el voto en sus concurrencias electorales.

Ante la falta de recursos para subirse al barco y, luego, enderezarlo, se le podría invitar a dejar el lugar a quien pueda hacerlo, no importa de qué partido. Hoy más que nunca, interesa el bien común, pues los partidos se han quemado en las ideologías trasnochadas de la Revolución francesa donde todavía se discute si algo o alguien es de derechas o de izquierdas.

No se trata de desenterrar cadáveres para después volverlos a enterrar. Una tarea estéril más de las acometidas por Pedro Sánchez para ver si pesca algo. Mientras, juega con las palabras sin saber qué significan, menos en boca de un presidente más experto en "defunciones" que en "funciones".

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