La OMS, sensible: le preocupan 25 de los 50 millones de abortos anuales.

Hemos tocado fondo. No se puede caer más bajo en la dimensión del "cinismo". La Organización Mundial de la Salud (OMS), una de las vértebras de la ONU, nos "alerta" sobre los peligros de poner trabas a la "salud reproductiva".

Este término es un invento de la ONU a partir de la Conferencia de El Cairo en 1994: al aborto, a partir de entonces, se le denomina con el eufemismo de salud reproductiva. Desde entonces, desprovisto el aborto de toda carga de mal gusto, se dedican a la matanza de criaturas indefensas en todo el mundo, especialmente en África, Asia y América Latina.

La queja actual de la OMS se debe a los impedimentos puestos por algunos gobiernos de estos continentes mencionados  para practicar el aborto, (es decir, para privar de la vida a seres indefensos en el vientre de la madre, personas ya desde el momento de la concepción), pues se pone en peligro a las mujeres embarazadas a la hora de sujetarse a abortos clandestinos.

Ahora les preocupa en la OMS, no los 55 millones de abortos practicados cada año, según sus cifras. Su sensibilidad les lleva a deplorar la práctica de "abortos inseguros" en 25 millones de casos. Y se lanzan en contra de países donde todavía se prohibe abortar y donde se despenaliza el aborto  sólo en ciertos casos.

Por tanto, la decisión del viernes pasado por parte de la Administración Trump encaminada a limitar el acceso gratuito  a los anticonceptivos ha encendido los ánimos de esas 55 millones de mujeres consumidoras de este producto (cifra proporcionada por la Administración Trump), de los legisladores de la norma Obama y de los grupos feministas que alientan todo tipo de prácticas abortistas, siendo los anticonceptivos una de ellas en la mayoría de sus presentaciones.

El doctor Bernard Nathanson, judío, converso al catolicismo, después de haber practicado cerca de 75 mil abortos, decía en una de sus conferencias donde explicaba el dramático proceso de su conversión, cómo se le había ocurrido la idea, luego hecha eslogan, de sugerir a una grupo radical feminista en Nueva York, "el cuerpo es mío: decido yo". No tenía ningún fundamento, decía Nathanson, pero esas mujeres se contentaron con esa idea y la hicieron funcional para sus propósitos de lucha en pro del aborto.

Quizá esta plaga del aborto nunca concluirá. Pero se puede, cada quien con sus ideas, como las del Dr. Nathanson, plantear la defensa de la vida en todas sus manifestaciones, en especial, la del embrión recién concebido y durante su desarrollo y la eutanasia (vid. vídeo explicativo del mismo Dr. Nathanson: https://www.youtube.com/watch?v=1jM8qXjqxD0).

De manera especial, se pueden ir formando las conciencias de quienes van a contraer matrimonio, y la de los jóvenes que, debido a los excesos durante esos años, comienzan con el uso de ciertos anticonceptivos por medio de los cuales se produce  una muerte anodina de esa vida que aletea desde los primeros momentos de la concepción.






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