Apocalipsis now








El grito, pintado en 1893 por el noruego Edvard Munch (1863-1944), fruto de una visión apocalíptica en su juventud.



Se encuentran entre nosotros, no importa donde uno vaya, personajes dotados de visión apocalíptica. Usan las Escrituras a su antojo, interpretan y concluyen. Sin más. No sabemos si duermen tranquilos con los finales de sus sagas. La mayoría de la gente, es verdad, ni se entera o no les hace ni caso, como en los tiempos de Noé.

Una de estas recurrentes visiones, extendida por cierto entre los curiosos de predicciones apocalípticas, se refiere al desplazamiento de unos cuantos grados del eje de la tierra, suficientes para producir cambios letales de temperatura en todo el orbe.

En fin, conjeturas de mentes privilegiadas. Sin embargo,  acontecimientos más sutiles, casi insignificantes, se sobrepasan sin siquiera mover un músculo de la cara. Veamos.

El acontecimiento parisiense de Charlie Hebdo, saturó todos los media del mundo durante semanas enteras. No se podía pasar por alto la muerte de unos cuantos periodistas irrespetuosos las más de las veces. Era una afrenta al mundo civilizado. Defender la vocación a la libertad de Occidente, era poco más o menos, una obligación de todos, porque, decían, "todos somos Charlie" (Yo no).

Hace unas semanas, cuatro monjitas misioneras de la caridad, eran asesinadas sin razón alguna, pues eran respetuosas con los demás y sus ideas, en Yemen. Nadie se ha pronunciado en ninguna parte del mundo. Personas inocentes, tratando de enseñar a vivir la caridad en zonas del mundo donde ni idea se tiene de ese mandato para todos los hombres, acabaron martirizadas por radicales islamistas.

¿Qué tiene que ver esta historia macabra con el desplazamiento del eje terráqueo unos cuantos grados, tal como algunos apocalípticos pronostican como un preludio del fin del mundo?

Quienes andan en búsqueda de señales notables para sus predicciones se han equivocado de ruta. Lo verdaderamente apocalíptico radica en la insensibilidad de tantos, que siguen, como en los tiempos de Noé, comiendo y bebiendo a sus anchas sin siquiera inquietarse por la matanza de estas cuatro personas que, sin degradar a nadie, trataban de vivir la caridad.

Esto sí es apocalipsis now. Andy Warhol  rotuló un cuadro con una de sus frases rotundas: "Heaven and Hell are just One Breath Away",  yo diría, el paso entre el bien y el mal. En efecto, el pecado es ese paso, apenas hoy imperceptible.



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