Cannes quiere Hollywood
Cannes quiere, como Hollywood, enseñar en las pasarelas.
Los periodistas, como bobos, apuntan sus teleobjetivos a quienes marchan por la pasarela, que fingen sorpresa al encarar a los otros dos actores o actrices que aparecen a la misma hora, al mismo minuto, en el mismo lugar. Y se abrazan emocionados.
Gesticulan, giran sobre sus talones para que los fotógrafos disparen sus obturadores, y se sorprenden al ver ahí tanta gente esperándolos. Parecen decir, pero si no hemos hecho nada, la película es cosa de muchos, y ya que pasábamos por aquí, les dejamos que "miroseen" a placer, ya que el manoseo en público todavía no está bien visto, aunque a nosotras no nos importaría mucho. Al fin y al cabo, en las escenas de las películas por las que hemos llegado hasta aquí, nos ponemos las botas con el que nos toque en frente.
Te enseñaríamos más para que te regodees, pues no nos importa que el director de la "peli" esté aquí. Al fin y al cabo, el director nos ha hecho exhibirnos para sus cámaras todo lo que ha querido, y no tendría autoridad moral para prohibirnos un desliz en público. Pero se trata de que vean la película, esto es sólo una "probadita" en caliente.
"---Ay, que zorra me he vuelto", piensa la actriz principal del reparto. "---Pero la que no enseña no vende". Además, Cannes bien vale un "deschongue", "aunque las chicas de mi pueblo se escandalicen un poco"... "Les falta mundo".
La prensa espera un día y otro, a sabiendas de que, como en el cuento, la zorra aguarda debajo del árbol a que el cuervo, tras tanto piropo y halago, suelte por fin el trozo de queso llevado en su pico, cuando empiece a pavonearse tras escuchar tanta galanura.
Recuerdo aquellos versos..."A un panal de rica miel, dos mil moscas acudieron, y por golosas murieron, presas de patas en él..."
Así suele suceder en Cannes y en Hollywood.
Los periodistas, como bobos, apuntan sus teleobjetivos a quienes marchan por la pasarela, que fingen sorpresa al encarar a los otros dos actores o actrices que aparecen a la misma hora, al mismo minuto, en el mismo lugar. Y se abrazan emocionados.
Gesticulan, giran sobre sus talones para que los fotógrafos disparen sus obturadores, y se sorprenden al ver ahí tanta gente esperándolos. Parecen decir, pero si no hemos hecho nada, la película es cosa de muchos, y ya que pasábamos por aquí, les dejamos que "miroseen" a placer, ya que el manoseo en público todavía no está bien visto, aunque a nosotras no nos importaría mucho. Al fin y al cabo, en las escenas de las películas por las que hemos llegado hasta aquí, nos ponemos las botas con el que nos toque en frente.
Te enseñaríamos más para que te regodees, pues no nos importa que el director de la "peli" esté aquí. Al fin y al cabo, el director nos ha hecho exhibirnos para sus cámaras todo lo que ha querido, y no tendría autoridad moral para prohibirnos un desliz en público. Pero se trata de que vean la película, esto es sólo una "probadita" en caliente.
"---Ay, que zorra me he vuelto", piensa la actriz principal del reparto. "---Pero la que no enseña no vende". Además, Cannes bien vale un "deschongue", "aunque las chicas de mi pueblo se escandalicen un poco"... "Les falta mundo".
La prensa espera un día y otro, a sabiendas de que, como en el cuento, la zorra aguarda debajo del árbol a que el cuervo, tras tanto piropo y halago, suelte por fin el trozo de queso llevado en su pico, cuando empiece a pavonearse tras escuchar tanta galanura.
Recuerdo aquellos versos..."A un panal de rica miel, dos mil moscas acudieron, y por golosas murieron, presas de patas en él..."
Así suele suceder en Cannes y en Hollywood.
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