Hablar de realidad implica incluir lo cristiano

Se puede hablar de una subida continua para acallar todo lo relacionado con el cristianismo, excepto si se trata de criticarlo.

Lo más penoso de este asunto se relaciona, no con la crítica en sí, sino con la falta de visión de quienes se dedican a esta tarea.

La razón de su postura la sabrán quienes así obran. Podríamos decirles con el título de la obra de Luigi Pirandello Así es si así os parece. ¿Pero se puede tomar en serio esta frase?

La realidad aparece porque alguien lo dispuso de esta forma. Nadie en sus cabales puede negar esta versión. La realidad tal como la conocemos ha tenido un comienzo pues vemos cómo cambian y se desmoronan, se desgastan las cosas.

Debido a este proceso, la presencia de lo material pide la realidad de un ser espiritual, capaz de crear donde no había. 

Conectar esta idea con el cristianismo no es tarea fácil, en un breve comentario. En el primer libro del que tenemos noticia, vemos la presencia de Adán y Eva como seres creados, en una narración que siempre cautiva. Vemos también la presencia de otro ser, Satanás, que trata de cambiar el sentido de la realidad: "ser como dioses" si desobedecen un mandato del creador suyo y de la primera pareja humana. 

Obrar de esta manera es lo que sumió a Satanás a su estado actual p ara siempre: querer ser como Dios. Él sabía muy bien que ese era el camino de la perdición porque lo había experimentado en su configuración angélica. 

Sólo por el amor de Dios en el caso del hombre, se vislumbra desde ese momento la posibilidad de una redención de la falta cometida porque so sabían lo que estaban haciendo. Luzbel, ahora Satán, sí sabía lo qué estaba haciendo al enfrentarse con malicia a su creador.

La venida de un Redentor se conservó en la "tradición", y al hacerse realidad, fundó una Iglesia para cuidar por medio de la gracia, la perseverancia a ese creador,  "padre" y redentor, que vendrá de nuevo cuando se acabe el tiempo.

Es por eso, que no se puede hablar de realidad y, a la vez, omitir o desacreditar la creencia cristiana que lo ha conservado hasta ahora.

Por tanto, los pareceres pareceres son, pero sólo la realidad es, y vale la pena adoptar esta  creencia que tiene implicaciones eternas, bien al lado de Satanás, o junto a ese creador que es amor. La verdadera libertad se suele ir con el amor.


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