Comienza el verano hoy


Sí, hoy día 21, comienza el verano. Pero apenas se puede ver un comentario sobre el particular.

Quizá la ola de calor intenso, fuera de lo común en las semanas pasadas, ha convocado un verano anticipado causando muertes incluso entre los más jóvenes y en quienes ya han dejaron de serlo.

Solía ser al llegar a este punto, el comienzo de las vacaciones de verano. Pero hay zonas que, debido al inclemente calor, han dado unos días de fiesta a los alumnos, si bien el fin de curso está aún lejos, cosa de tres o cuatro semanas más, según el caso.

La pregunta ahora se centra sobre el tiempo libre de esta época del año. ¿A qué se van a dedicar los hijos durante días interminables? Se trata de aprender a aprovechar el tiempo, no a perderlo.

Para ello, se necesita en primer lugar especificar las tareas a realizar en esto días de asueto. No importa ahora limitarse a lo que uno cree que se puede hacer. Por el contrario, se debe anotar incluso los sueños, todo aquello que ronda por la cabeza y, por alguna razón, no se ha podido realizar.

Debemos pensar que se trata de personas, algo más allá de un cuerpo. A éste, podemos dedicarle un tiempo para mantenerse en forma practicando alguna actividad deportiva. Pero la mente, esconde los más preciado del hombre. Se trata de la actividad de la "razón" y la del "intelecto". Mientras la primera discurre entre el buscar, investigar las cosas de nuestro entorno, como, por ejemplo,  hacía Carlos Linneo (1707-1778) en los campos de Suecia y en el huerto de sus casa cuando era todavía un niño, clasificando  las flores, plantas y animales. Se le  consideró más adelante como el padre de la taxonomía moderna. Sin embargo, el intelecto discurre por otras vías. Se trata de percibir sin esfuerzo aparente, como una contemplación de la realidad, de las cosas, que junto con la actividad de la razón proporciona el conocimiento. Los paseos de Kant (1724-1804) por el campo, siempre a hora fija, pueden ilustrar esta tarea, aunque este filósofo nunca entendió este aspecto de la mera receptividad del intelecto, empeñado como estaba en el "esfuerzo" puesto en conseguir el conocimiento  de las cosas, cosa que no aceptaban  Aristóteles o el Aquinate.

Nos hemos alejado mucho del principio del verano, tan es así que fue ayer. Pero ojalá este alejamiento sirva para distinguir esas partes nobilísimas del hombre, con cuya sincronización llegamos a distinguir, por ejemplo, las estaciones del año.





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