¿Nuevo orden mundial? La guerra de Ucrania se acabará, pero Rusia sigue al acecho

La guerra devasta. Hombres contra hombres tratando de exterminarse. ¿Qué ciega al hombre  para no distinguir a un semejante y tratar de aniquilarlo? ¿Qué ha pasado desde el momento de la creación del hombre, hechura divina  a su imagen y semejanza? 

Desde que la Unión Soviética dio paso a la Rusia actual, el número de los conflictos armados con diversos países no ha dejado de crecer. 

Al ciudadano ruso medio, le gusta el protagonismo de su país en el mundo y transige con un régimen disciplinario en casa. Incluso la Iglesia ortodoxa rusa ve sin crítica alguna el estado actual de la guerra de Ucrania. 

Es difícil encontrar una solución cuando la ambición y el odio se encuentran en la base del conflicto. La enemistad por cualquier causa tiende a la separación y el rencor se vuelve en la tonadilla de fondo, en la trastienda del alma. Se necesita verdaderamente de un  auxilio especial para salir de la trampa orquestada sigilosamente por el maligno.

Sabemos, desafortunadamente, que las guerras seguirán siendo noticia en el mundo, por razones distintas. Es tanto el mal causado por estos enfrentamientos que van desde el silencio impuesto a los demás  por alguna desavenencia o por las redes de la maldad, que sin la ayuda de la gracia es difícil escapar de tales momentos de alejamiento definitivo o de separación para acometer con más fuerza contra quien consideramos un enemigo.

Rogamos a Dios que en estos días de preparación de la Navidad, la luz de la paz haga reflexionar a quienes se hallan en estas situaciones, bien se trate de personas individuales o de mandatarios encerrados en la dialéctica del odio capaces de arrasar, así, a todo un pais con el fin de salirse con la suya.

Se habla de "nuevo orden mundial" para esconder los abusos de los más poderosos contra los más débiles: en realidad reina la codicia detrás de tales asertos.