Ser bueno y fiel: condición del caminante para llegar al fin




Ser bueno y fiel




Ser bueno y fiel: es la condición para entrar en el cielo.

Las dos dimensiones son prerrogativa divina. Resuena todavía con fuerza la contestación de Jesús al joven, cuando le ha llamado "maestro bueno". Sólo Dios es bueno, le contesta. Visto así, se pone muy alta la vara de la salvación. 

Por otro lado, la "fidelidad" exigida para seguir al Maestro, es condición sine qua non. Así queda de claro la invitación a caminar con él por la senda conducente a la vida. "El que pone la mano en el arado y vuelve la cara atrás, no es digno de mí", como le ocurrió a la mujer de Lot. Y a Tomás le conmina a ser "creyente", a ser fiel, después de la resurrección.

Uno podría pensar: quien es bueno, también será fiel. La bondad para el hombre consiste en el cumplimiento de los mandamientos por amor. Las vírgenes necias no eran malas; pero el desamor las lleva a descuidar los deberes propios de su encargo. Asimismo, cuando las dificultades del camino arrecian, cuando no se ve claro y se detiene el paso siguiente necesario para no estancarse, entonces, es cuando la fidelidad se quiebra o se resiente. Sin ser malo, uno se acaba distrayendo con los atractivos del camino por razones de cansancio, de hastío, de ceguera espiritual. De esta manera, el homo viator, al detenerse, no alcanzará nunca su fin

Por eso, a la sentencia "porque fuiste bueno y fiel" ni un pelo le falta. 

La fidelidad de los hombres de hoy anda volando bajo, como la del pueblo judío cuando le pidieron a Moisés la aprobación para abandonar a la esposa "por cualquier motivo". Moisés cede, "pero al principio no fue así". Dios los crea "hombre y mujer", sin términos medios hoy tan de moda, para que sean una sola carne, sin posibilidad de separación. Es decir, no se trata de "parejas", como si fueran palomas o bueyes. Se trata de una unidad con principio y sin fin. Hoy abundan las llamadas "parejas" y van escaseando los "matrimonios" para toda la vida, ese tiempo necesario para la incubación del amor.

Respecto al ser bueno, vemos cómo proliferan y se enmiendan ya antes de la firma los acuerdos, las declaraciones, los tratados entre los hombres. Y esta mentalidad de "si no te gusta, lo cambias", se ha introducido en la esfera de la convivencia humana porque se considera lo tradicional, la Tradición,  como algo vetusto, pasado de moda.

En fin, la fecundidad se extingue en todo lo bueno cuando el amor se agosta. Entonces arranca la in-fidelidad.



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