¿Se puede acallar la voz de Dios?

La explosión original del universo.


Dios no se puede callar, porque es la Palabra.
No puede cesar de querer, porque es Amor.
Tampoco puede parar de sufrir, porque es Vida. 

La vida se propaga por doquier. Tal creatividad se explica por la palabra, pues al decir de Dios, las cosas se hacen. Y esta proliferación se realiza a golpes del querer, del amor, que no cesa.

Palabra, amor y vida. Porque la palabra crea; el amor perpetúa lo creado mientras se mantiene en el ser, con vida, un ser vivo.

Este ser vivo, está dotado de razón, como un don puesto en su naturaleza humana. Pero además, relacionada con ella, se halla la posibilidad de la escucha a esa palabra que no puede callar.

De manera similar, el universo nos ofrece una réplica de esta voz detectada por primera vez en 1965 por los investigadores Amo Penzias y Robert Wilson, luego premio Nobel en 1978, a modo de "eco" (fondo cósmico de microondas) seguido a la explosión primera del universo, ya tratada den la teoría del Big Bang. Todavía no se ha extinguido ese "eco" primordial ocurrido hace 13.700 millones de años.

La teoría del "átomo primigenio",  un universo en continua expansión, cuyo tamaño original cabía en el ojo de una aguja, se debe al sacerdote católico belga, Georges Lemaitre, quien alrededor del año 1925 propuso ese proceso dinámico de los átomos, contrario a la concepción estática de Einstein. Luego el universo no era "eterno", sino siempre en expansión, ilimitado. 

El sacerdote Lemaitre nunca quiso mezclar la fe y la cosmología. Sin embargo, las obras de Dios no cesan de clamar en silencio su origen, como "detectaron" Penzias y Wilson. La conciencia del universo replica la voz originaria como ocurre con la ley natural en la conciencia del hombre. Mientras dure la vida la palabra será propalada por el amor.

Y se espera la respuesta a la llamada del amor, que se duele porque ha dado la vida por cada uno de los hombres, cuando no se escucha porque no se quiere o porque el ruido de la tecnología o del racionalismo lo impiden.