La ley natural está bloqueda por muchos



Resulta increíble. Dios mismo concede una brújula al  nacer a cada uno para que le sirva de guía en el camino. No deja a nadie por su cuenta, y para conducirlo mejor a su fin le da la libertad de optar por él.

Sin embargo, muchos deciden hacer caso omiso de la sugerencia y se adentran el el océano sin rumbo alguno, sin saber a dónde van. Es una locura porque al obrar así, queriendo, se corre el peligro de perecer en las aguas de semejante entorno, lejos de cualquier indicación.

La voz interior se apaga en el fragor de las olas. Está ahí y llama, pero ya no se puede oír. De vez en cuando, se vislumbra la silueta de un navío y algunos tienen la suerte  de ser rescatados del océano; pero los barcos no suelen pasar con mucha frecuencia. Sólo la soledad es la compañera de la travesía. Si bien las estrellas lucen a la noche, no siempre se sabe leer su orientación y descubrir el camino de vuelta.

No todos tienen la suerte de oír la voz del alma, la conciencia, como el hijo pródigo, y ser capaz de dar con el camino de vuelta a la casa de "padre". Él está siempre ahí, esperando, porque un hijo no se olvida y se le quiere a pesar de los pesares. El amor es el único lazo del padre  con su hijo. 

A veces duele dejar hacer al hijo con la libertad concedida al verlo partir a tierras, extrañas, quién sabe si será la tierra o el piélago inmenso donde se adentre atraído por las pasiones y los deseos de aventura. 

Hoy son muchos los atraídos por esos rumbos desconocidos y se olvidan de lo bello que es vivir, cuando se hace caso a la brújula que nos lleva al "buen fin"..,
si el fin es "bueno".


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