El Papa: "Salid a la calle". (La Navidad es un tiempo propicio para el encuentro)


El papa Francisco no se cansa de repetir la idea de "salid a la calle". No podemos quedarnos impávidos ante el curso de los acontecimientos en el mundo. No tengamos miedo, es también a idea de san Juan Pablo II al inicio de su pontificado. 

Quizá el papa Francisco recuerda a uno de los iniciadores de la Compañía de Jesús, de donde él procede,   Francisco Xavier, santo navarro, iniciador con Íñigo de Loyola de la Compañía de Jesús en el siglo XVI, cuya fiesta celebramos mañana.

Apenas ordenado, después de sus estudios en París, parte hacia la India en un barco portugués, a donde arriba después de graves contratiempos. Aprende el idioma, viaja hasta Goa, y convierte a una multitud y les imparte el sacramento del bautismo.

Luego viajará hasta Japón con los mismos resultados. Cientos de bautizados forman la primera comunidad cristiana, que permanece hasta hoy. Su brazo se cansa de tanto bautizar, y frente a las costas de China, exhausto, muere después de haber sembrado la fe entre los pueblos de Oriente en medio de grandes dificultades siempre. Fallece a los 46 años.

No extraña entonces, que el papa Francisco, proveniente de la misma Orden que Francisco Xavier, patrono de las misiones junto a santa Teresita de Lisieux, invite una y otra vez a "salir a la calle", pues la gente no se salva sólo escuchando la "palabra", si no la "pone en práctica", como se nos recuerda en el evangelio de san Mateo.

Comparar las dificultades de hoy con las atravesadas por este misionero procedente del castillo de Xavier, raya en el absurdo. Hoy tenemos todos los medios a nuestra alcance para realizar una "nueva evangelización" capaz de darle la vuelta al mundo.

Pero quizá nos falta sólo una cosa: fe. Como es un don, hay que pedirla. Estos días son propicios  para esta petición, pues nos encontraremos en el camino a los pastores de Belén y a los Reyes, venidos desde lejos, para adorar al Niño, a quien no conocían. Y si nos damos prisa, podríamos alcanzan a María y José antes de llegar al Portal de Belén.

Sólo tenemos  que ponernos en camino, "salir a la calle", y veremos una Navidad nueva, espléndida, si comunicamos esta "buena nueva" a todos los que pasen por nuestro lado. La estrella nos irá guiando.



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