¿Aburrido el cielo? El amor desea conocer siempre mejor a aquel a quien ama

Quizá alguna vez nos hemos preguntado si el cielo es aburrido, "viendo" siempre lo mismo, por toda la eternidad. 

Para empezar, las tres divinas personas que son un solo Dios, se conocen desde siempre, desde unos orígenes sin principio. Entonces, ya deben estar cansados de verse en esa calidad divina de lo inmutable. ¿Si no cambian, su amor  no será algo aburrido?

Antes de responder con un rotundo "no", debemos intentar razonar la respuesta. La infinitud de cada una de las personas se funde en una sola divinidad, que se alimenta de un siempre nuevo ser. Cada una de las tres personas se ofrece al otro en la novedad de su amor, pues "el amor hace nuevas todas las cosas" y se fomenta un deseo continuo de "conocer y darse a conocer mejor" a aquel a quien ama.

Este legado divino al hombre, hecho a su imagen y semejanza, nos convierte en enamorados del amor, que convierte a la persona en algo siempre nuevo para aquellos que ama.

Por eso el matrimonio, para el que ama, nunca es aburrido. Siempre encuentra algo nuevo en eso que ya creía conocer. Y se enamora más y más. Es como quien admira una obra de arte y dice: No me canso de mirarla. Y se trata de la misma obra. Lo nuevo y bello causa admiración,  y así nace el amor.