San Felipe Neri y el buen humor


San Felipe Neri es patrono de los humoristas. Hace falta cacarear esta faceta de quien supo ser la alegría de la fiesta de cuantos coincidían con él.

A los santos se les suele imaginar con semblantes graves, desentendidos de lo que les rodea. Sin embargo, es difícil pensar de alguien que ha encontrado a Dios en su vida, y que no sea alegra. Juan Pablo II, ahora santo, solía contagiar con su sonrisa y reía a carcajadas durante las ocurrencias de unos payasos en tiempos de Pascua, quienes le visitaban cada año. 

San Josemaría dice en uno de los puntos de su libro Camino, que "santo triste, es un triste santo". Es difícil seguir tras los pasos de quien tiene caras largas y malos modales.

San Felipe Neri además de buen humor, tenía un corazón grande, tanto que dos se sus costillas estaban quebradas debido al crecimiento de su gran corazón.

En fin, vale la pena interceder hoy ante este santo por los humoristas, tan dados a lo grotesco y grosero para conseguir la risa del público; y también por uno mismo, para que quienes nos tratan puedan irse con una sonrisa en la cara después de cada encuentro.


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