La soberbia feminista, crece; la incertidumbre, aumenta


La agenda sobre los derechos de la mujer de la ONU planteada en Beijing desde 1995, ha producido abrojos y división, y un sembrado de ideas para la llamada "igualdad de género", creando así brotes de una creciente generación de "eunucos" frente a un feminismo radical. 




El clamor es universal: no sabemos a dónde vamos. El progreso no nos ha hecho justicia.  Los países de Europa desconciertan con su política y no se acaban de integrar; los llamados emergentes, flotan, en un continuo vaivén.

En medio de esta mezcolanza, se airea el programa feminista por doquier. Por ejemplo, Kathy Matsui, vicepresidenta de Goldman Sachs Japón, aplaude el hecho de considerar el desierto demográfico de su país no como un asunto de derechos humanos, sino un "imperativo económico". Mientras los asuntos relacionados con la mujer alcanzan su zenit en este país (y en el mundo), el porcentaje de muertes de niños entre 10 y 14 años en Japón, tiene en el suicidio su primera causa. Pero estos problemas no se tocan.

El aumento de eunucos en la sociedad, es sólo una de las consecuencias de este incremento de las protestas airadas del feminismo. Los hombres son los causantes del estado de incertidumbre  registrado en las diferentes culturas, debido ---según los reclamos feministas --- a la insensibilidad de los varones para detectar y poner remedio a las causas de tanta desigualdad y descontento.

Este movimiento no acaba de aparecer. Debemos volver la vista, y la memoria, a los acuerdos de Beijing de 1995, manejados  por la ONU, donde la idea de  "empoderamiento" (neologismo de esos tiempos) de la mujer  da los primeros pasos, y desde la noción de "género" se empiezan a diluir las diferencias entre hombre y mujer. 

Es verdaderamente triste comprobar como la perfecta unión del hombre y de la mujer, hechos a imagen de su creador, para ayudarse en todo y llenar la tierra con su descendencia, se quiere convertir en una generadora de enemistad y odio, a base de engatusar a la mujer con ideas de supremacía y de derechos fuera de la concepción original.

La mujer ahora, quiere que todas emprendan el camino de aborrecer el hombre; tampoco quiere tener hijos debido a la situación del mundo (ahora se apoyan en el "calentamiento global"), y quiere competir con el hombre en todos los frentes, olvidándose de su llamado a ser esposa y madre, base para la construcción de la sociedad.

El resultado de estas decisiones va a conseguir el triunfo de la historia. Creados, la mujer y el hombre, para vivir en familia en el amor mutuo,  han elaborado, sin embargo,  las condiciones para vivir en soledad








































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