¿Por qué Dios se encarnó?

Hasta el momento de la aparición de Jesucristo sobre la tierra, había excelentes humanistas, capaces de seguir asombrándonos hasta el día de hoy.

Pero el "humanismo" por sí solo, no era suficiente para dar cuenta del hombre. El humanista iba indagando "a partir" de algo dado, no puesto ahí por ninguna de las ciencias conocidas, entonces y ahora.

 El mono desnudo de Morrison, asombró a muchos debido a dar la impresión de, ahora sí, llegar al conocimiento inédito del hombre indagando  en su animalidad, yendo y viniendo de los primates más aledaños al homínido y vuelta, un ir y venir sin sentido.

Entonces Dios, se dijo: Oye, si estos científicos siguen comiendo del árbol de la ciencia, se van olvidar de la existencia, como un principio anterior a ese hombre considerado por sus estudios científicos.

Por eso, sólo a partir de Cristo, se puede ir entendiendo al hombre. Él nos va a decir de dónde viene y para qué. El cristianismo es entonces un camino de luz, capaz de iluminar a todo hombre venido a la tierra, dándole un sentido su presencia aquí, porque no es algo ser acabado sino un ser haciéndose, tarea encaminada a lograr el fin.

Es decir, el hombre de Dios viene y a él se encamina. Ninguna ciencia nos puede decir algo así. Nos dejan como un cuerpo flotando en el espacio sideral, sin rumbo, en un ruido constante en la soledad del silencio.

Pero cuando Jesucristo nos dice sin ambages de nuestra relación con un creador, Padre, a quien nos parecemos de alguna manera, como verdaderos hijos, este conocimiento llena la vida de esperanza, a pesar de lo accidentado del camino.

En fin, los sabios de la tierra han entendido siempre esto, antes, por supuesto, de la aparición de las universidades y de la Academia. De hecho, hay doctores y doctoras sin haber pisado jamás   aula alguna (Teresa, la de Ávila y la Teresita de Lisieux). Basta repasar las vidas de estas personas de ayer y de hoy para descubrir su conocimiento, valga la redundancia, porque parte, precisamente,  de la verdad.

Luego el hombre descubre el amor de Dios, para sacarlo del abismo de donde jamás podría haber salido, un camino lleno de esperanza gracias a la encarnación de la Palabra, el lenguaje de Dios que nos cuenta la historia del hombre desde antes de los tiempos.





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