Silencio sobre el secreto de la perseverancia


Hay veces que el cuerpo ya no puede más, y se rinde ante la dificultad, el cansancio, la rutina o el desencanto. 

La solución ante estos problemas, no tiene sólo una cara. Ante la dificultad se suele recomendar "paciencia", y según San Pablo, ella "todo lo alcanza". Las prisas son el enemigo número uno de esta dolencia del alma, y ni siquiera el avance tecnológico logra apaciguar el nerviosismo ante la falta de tiempo. Los jóvenes, especialmente, saltan de una actividad a otra sin cesar porque es falta el hábito imprescindible  de esperar y buscar alternativas, bien preguntando o espoleando el ingenio.

Pero hay otro elemento que a nadie le falta el esta vida. Es el cansancio. Lo vemos incluso con frecuencia en la persona del hijo de Dios. En la barca, atravesando el lago de Genezaret, aun en medio de una calma relativa durante  la tormenta, se quedó dormido, pues estaba rendido de cansancio.En Samaria, antes de su encuentro con la Samaritana, se sienta en el brocal del pozo de Jacob, debido a su cansancio. Tampoco los santos se libran del cansancio, y la Teresa de Ávila en forma de verso, se refiere al cansancio con aquel "aunque me canse...", a  base de una voluntad firme.

A los asediados por la "rutina", surge el abandono, porque han perdido de vista el "fin" de la tarea  llevada entre manos. Ya todo les da igual, y viene la tentación del abandono y del distraerse para emprender otros vuelos en el abandono complaciente de una playa tranquila, con el sonoro empuje manso de las olas.

El "desencanto" también puede aparecer incluso en ejercicio de las tareas propias de una vocación. Hasta hace poco, todo se veía claro, pero los días de niebla, lluvia y tormentas ya no permiten ver a luz clasificadora de los comienzos. Y surge la tentación de dejarlo todo, quizá a cambio de un plato de lentejas, como le ocurrió a Esaú y a Lutero, por ejemplo. 

En fin, en el último punto del librito Camino, san Josemaría nos deja un remedio contra este mal, mucho más común de lo que pueda parecer: "¿Que cual es el secreto de la perseverancia"? --nos dice--. El amor. --"Enamórate,  y no "le" dejarás".

De nuevo el amor  entra en escena. Habrá que pedírselo a quien es el Amor








 





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