Periodistas que se queman solos (Federico Jiménez)


Este periodista tiene con qué, pero es incapaz de ver y decir un  aspecto positivo de alguien. Sólo Cayetana Álvarez de Toledo y la presidenta de Madrid, Ayuso, se suelen  salvar del incendio.

Federico Jiménez conduce un programa en "esRadio" cada mañana. Gran virtud la suya de poseer una memoria prodigiosa. Puede citar lo de ayer y lo de hoy sin ver una nota. Defecto: es incapaz de ver una nota positiva de nadie, y, por ende, pierde el respeto a cada uno de los citados en su programa. Llama a las personas con un insulto, más allá de lo admitido por una concurrencia educada.

Católico sin serlo, según él, nombra al Papa siempre con un insulto grave, sin ningún pudor;  igual ocurre con todos los personajes de la política, de la economía nacionales o extranjeros, insultos que no vamos a repetir aquí. Frecuentemente, hace lo mismo con instituciones de la Iglesia y su miembros, tales como el Opus Dei y sus fieles. 

Suele tener una rueda de periodistas invitados casi todas las mañanas. Son gente de buen calibre de los media nacionales radicados en Madrid. Pues bien, Federico no les deja hablar. Cuando en estas entrevistas se invita, generalmente a un político, promete ceder la palabra a sus invitados para preguntarle algo, y se pasa el tiempo sin apenas dejarles unos minutos. Se luce él, sólo él  pone los puntos sobre las íes.

Este es el ejemplo de un periodista brillante, que se está quemando solo, al no ver los límites de sus comentarios y dejarse llevar por su talante. Nadie le llama la atención y se subordinan, poco o mucho, a una manera de hacer periodismo...sin límites. 

Los comentarios también deben tener su límite, y este se halla en su encuentro con la verdad... la prudencia y la caridad. No porque algo sea verdad, tengo derecho a proclamarlo a los cuatro vientos, aunque sea el locutor un periodista enterado del asunto.





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