Los santos: Supieron ser útiles y dejar poso


Festividad de "Todos l
os Santos". 



Parecería que el pincel de los grandes pintores de la historia hubiera resbalado accidentalmente para dejar de lado en sus cuadros de santos a los hombres de cada día, tal como los conocemos hoy,  con su atuendo de trabajo en medio de sus familias, sin portar las vestimentas conventuales que cubren a sus personajes. Deberían representar también a quienes por su inserción en la vida diaria, se cubren como civiles y obran como tales allí donde se encuentren.

Hoy celebramos en la Iglesia Católica el día de "Todos los Santos". Gran día, sin duda. ¡Cuántas caras de sorpresa no veríamos al encontrarnos en el cielo con tantos y tantos venidos de todos los rincones de la tierra!

Así describe el apóstol san Juan en el Apocalipsis su visión de quienes se salvan: "Enorme muchedumbre, imposible de contar, formada por gente de todas las naciones , familias y lenguas". Entre esta muchedumbre veremos con gran alegría a personas pertenecientes a nuestra familia de sangre, en primer lugar. Luego, a quienes fueron educadores nuestros, gracias a cuya dedicación y ejemplo dejaron una semilla en el alma.

Por supuesto, miles de quienes sin saberlo siquiera, pasaron por nuestro lado dejando ese bonus odor Christi, y fueron un acicate para seguir el camino de la santidad, quizá en un momento de dificultad donde todo parecía carecer de sentido. Veremos a amigos y conocidos que, sin saberlo, se preocuparon por nosotros en sus oraciones. 

Sin duda, los confesores ejercieron un preponderante papel en el camino de cada uno hacia la santidad al ser los portadores de la misericordia divina y del aliento para luchar contra nuestras debilidades y los acosos del Maligno. Otra contribución  invisible es  la de los sacerdotes de todo el mundo, rogando en cada una de sus Misas por todos los fieles, vivos y difuntos, con un valor incalculable, infinito.

También nos encontraremos con aquellos desconocidos que rezaron por nosotros, y, gracias a sus plegarias, nos fortalecieron en el camino de la fe. Sin duda, aquí se hallan todos los dedicados a la contemplación, pero apartados del mundo. Por ejemplo, la Iglesia  declaró patrona de las misiones a santa Teresita, una joven monja teresiana de tan solo 24 años, no sólo para alcanzar la santidad personal sino para lograr la conversión de muchos provenientes de pueblos lejanos. 

Entre esta muchedumbre procedente de "todas las naciones" habrá sin duda quienes sin conocer los Mandamientos ni la prescripciones de la religión católica, supieron vivir de acuerdo con la ley natural inscrita en el corazón de toda persona al venir a este mundo. 

En fin, el camino de la salvación no se camina en solitario. Son muchos, miles diría, quienes interceden a diario por nuestra salvación. Por tal motivo, la fiesta de Todos los Santos es un día de encuentro con ellos, que ya gozan de la presencia de Dios, cara a cara, y siguen intercediendo por nosotros en todo momento. 

Entonces, alegría y gracias se trenzan hoy para que sigan intercediendo por todos nosotros y nos consigan lo necesario para alcanzarlos un día  en su acto de adoración a Dios, nuestro verdadero y único bien.

 

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