Putin y Trump: hace falta más diálogo, pero es un buen inicio

Cuando hay diálogo, también la naturaleza se integra en la consecución de un bien.


Horas después de la reunión entre Putin y Trump, Mike Wallace, reportero de Fox, entrevistaba al presidente Putin. 

Sin poses, de ningún tipo, Mike Wallace sacó a relucir los estereotipos y las percepciones de los estadounidenses (media, gobierno y ciudadanos) sobre los rusos y sus políticas. Si sirvió de algo esta entrevista televisada, fue para resaltar la entereza del presidente ruso.

Putin vino a decir al entrevistador que tratara Estados Unidos de resolver sus diferencias internas si de veras quiere salir adelante en las disquisiciones internacionales. El presidente estaba al día en la política internacional, y dejaba en entredicho a las versiones estereotipadas presentadas por los media sobre Rusia.

Zapatero a tus zapatos, vino a decirle. Lleva casi dos décadas (desde el año 2000) y se sabe querido por una parte importante de su pueblo (70%).

Trump, por su parte, en una conferencia de prensa después de la reunión con Putin, dejaba claro su admiración por él. Ha defendido con ahínco, vino a decir, las tesis donde se le inculpa a su gobierno de injerencias en las pasadas elecciones a favor de uno de los contendientes (Trump). Igualmente, el jerarca soviético se zafaba con facilidad del problema sirio, de la anexión de la península de Crimea (la mayoría de los ciudadanos votó por unirse a Rusia), y la manera de resolver internamente las afrentas a la bandera y a las instituciones saldría bien parado si se compara con la de otros países, Estados Unidos incluido).

Al final se queda uno con un buen  sabor de boca porque se necesitan muchas horas de diálogo entre estos dos países. Las respuestas dadas a cada uno de los problemas discrepa de la visión aireada por Estados Unidos. En el hecho mismo de conceder la entrevista, se adivina el deseo de mantener una relación sana, abierta, para evitar los tapujos propalados por los media.

La misma medicina se podría aplicar a las relaciones entre otros países. Se montan grandes espectáculos circenses  cuando las escasas noticias se dejan sólo en manos de los medios de comunicación, más amigos de crear controversia que de la verdad, hoy tan denostada.

Incluso dentro de loa países, se necesita de más cordura y de diálogo en vez del lucimiento personal o partidista. No se trata de ganar, se trata del  bien común, mis queridos amigos revoltosos.