¿Mirar atrás?: Sólo para contemplar el buen ejemplo de una vida



Henry Ford fue el primero en aplicar el invento del espejo retrovisor  a los coches  en 1927.




Las predicciones de los expertos en economía y política advierten, con tonos graves, día con día, de la debacle reinante en los diferentes países, cuyos hilos nos arrastran a un quiebre del sistema mercantil actual. Nada parece sostenerse a corto plazo. "La economía esta rota ---dice Michael Hudson, destacado profesor marxista de economía en Estados Unidos--- para el 99% de la gente", y se requiere encaminarse hacia una "crisis" total (El País, Ideas, 29 de julio, 2018, p. 5) para salir de este atolladero.

Por supuesto, nadie sabe con certeza lo porvenir. Pero sabemos de unas fuerzas constantes empujando denodadamente  hacia un rumbo desprovisto de sentido.

Esta faceta bien pudiera no percibirse claramente. Sin embargo, la columna básica de la sociedad, reside en la familia. Y se ve cómo esas fuerzas tratan de derruirla. Se están poniendo todos los medios para lograrlo. Los hijos son un estorbo, el matrimonio no tiene un porqué claro (al fin y al cabo se puede vivir, como dicen, en pareja), pues se trata de  disfrutar de la vida, Todo el argumento, cada vez más repetido, se centra en esta verdad:  se vive sólo una vez, y se tiene derecho a ser feliz. Así, sin más.

Las noticias repiten ya con frecuencia lo obvio: el declive demográfico es un hecho, y ya está pasando factura en algunos países, como España. La gente vive más años (una media de 84 años, según las regiones), quieren vivir mejor, pero no hay suficientes nacimientos en la base para mantener el ritmo de seguridad social y de pensiones exigido por la pesantez de la gran pirámide invertida, insostenible arquitectónica y socialmente. 

El ejemplo de los padres de un par de generaciones atrás, no sirve. Hoy se quiere asentarse profesionalmente primero, y, contrario a las pautas de ayer, empezar a pensar en términos de familia. Para muchos, ya se llega tarde a esa encrucijada entre vida fértil y la estabilidad profesional.

No podemos quitar el ojo de la suerte de la familia dejarlo todo en manos de los proponentes de las "ideologías de género" y de la buena vida centrada sólo en los aspectos económicos. 

El futuro inmediato está en juego. Se deben formar las mentes de las personas más jóvenes, para enseñarles esos caminos donde se conjugan la vida y la prosperidad, no exentos de contrariedades y sacrificios. 

En fin, esa mirada por el espejo retrovisor nos mostrará la lucha de siempre, como desde Adán y Eva.







  











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