La "traditio" a la basura, ¿porque es de ayer? (La luz de ayer viene del mismo sol)




Limpieza, ayer y hoy, con agua, siempre.


Estamos asistiendo a una desvergüenza considerable en múltiples  aspectos de la vida diaria y no resulta fácil dar en el clavo con la causa de esta tendencia.

El hombre es un "ser en relación", pero no se sabe relaciolnar. Esta característica natural, básica, se comienza a aprender en familia. Luego, en los diferentes sistemas educativos. Pero, vemos cómo se está atacando a la familia desde todos los ángulos, y cómo el 60% de los matrimonios se separan.

Dado este estado de cosas, los hijos no tienen a dónde mirar para orientar su vida. En los mismos colegios y escuelas se van introduciendo formas de pensar y de comportarse completamente ajenas a la "verdad del hombre", y ante las cuales de crean disensos en la convivencia familiar y social. 

Por estas razones, el hombre actual es incapaz  (o no quiere), de prestar atención a la herencia del pasado para transmitirla a otra generación. Para empezar, se han dejado de lado, por inútiles, el aprendizaje de las lenguas clásicas, latín y griego, tan necesarias para saber con certeza de los conceptos del castellano y del español, incluido el catalán. Basta ver a quienes de oficio se dedican a la pluma  en los media, cómo caminan "herrados", así, con h

El hombre va en "busca de sentido", pero no del sentido psicológico, tan bien tratado por Viktor Frankl. El sentido buscado se relaciona con la dimensión familiar, social y cultural. Si los padres se deshacen de los hijos o los evitan, si el amor no fluye en la relación matrimonial porque se ha reducido a encuentros causales carnales sin entrega, desaparece el sentido; entonces cómo vamos a esperar de los hijos una recepción del legado  cultural, cuyas raíces se encuentran en la familia, esa familia destruida por el egoísmo. Hablar de acoger a los inmigrantes todavía se complica más, por no traer consigo elementos comunes con la cultura receptora.

El sentido se recupera con la apreciación de la realidad. Toda palabra, toda acción cuyo significado se aleja de lo real, del hecho de reconocer a un semejante como tal, impide desarrollar la creatividad necesaria para ir solucionando los problemas del día con día.

El amor, cuando es tal, viene de ayer y dura para siempre. Por supuesto, se debe cultivar, día a día. Pero no porque viene de ayer, se tira a la basura. Vivir una experiencia nueva por serlo, se transforma en aventura ciega si falta el amor.

Tirar a la basura algo porque es de ayer, es cerrazón, e ir en búsqueda de lo nuevo no significa apertura ni mucho menos encuentro o unidad. Un hombre experimentado puede conocer de todo, menos de vínculos, o de fe.

La luz de ayer viene del mismo sol de hoy. Lo importante es que ilumine y dé calor.


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