2024: ¿Un año cualquiera?


No,  2024 no es un año cualquiera. Tiene, debe tener, personalidad propia. Los tiempos de hoy no son sino expresión personal de nuestros tiempos. Somos nosotros quienes damos a los tiempos su rostro, su expresión, su carácter. No podemos decir: Nos ha tocado vivir en malos tiempos. No, los malos somos nosotros.

Tenemos la suerte, podríamos decir,  de poder imprimir nuestro día a día en cada minuto del año. Esta es una de las razones por las que debemos orar siempre, sin interrupción, y no dejar grietas en el tiempo, por donde se cuele el maldito.

Por eso debemos escrutar nuestras tareas diarias para ver si nos conducen a dar gloria a nuestro Creador, Padre y Redentor. No estamos aquí para otra cosa, sino que, en medio del trabajo, pues fuimos creados "para trabajar" (ver las primeras páginas del Génesis), demos gracias a Dios por haber decidido nuestra presencia en el mundo con el único fin de ser felices. Con él a nuestro lado, donde siempre está, sólo queda abierta la puerta de la felicidad.

Pero no basta con descubrir esto una día, sino debe ser éste el fuste diario en cada una de nuestras actividades. Sólo así el año, compuesto de día a día, tendrá sentido.

De esta manera, el 2024 nunca será un año cualquiera, y se abre  la posibilidad de que lo "nuevo" del año  se convierta en feliz con nuestro trabajo hecho de cara a quien nos ha puesto en esta vida por una razón concreta. 


















 

 

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