Volver a vivir en Ucrania

 Paz...

Recordar es volver a vivir, dice el dicho. ¿Pero qué tan cierto es?

Son pocos quienes se atreven a recordar su vida pasada. Incluso los muy santos, al mirar atrás, ven rastros de vivencias poco encomiables...según ellos.

La solución, si bien no la única, al grave problema de la guerra entre Rusia y Ucrania, no pasa por la provisión y uso de armas cada vez más letales en la contienda, sino por las cabezas de las iglesias ortodoxa y católica. 

                            ...y guerra en Ucrania.

No se trata ahora de unificar la fe de ambas; se trata de mostrar públicamente la unidad de sus creencias en un aspecto esencial: salvar la vida de los bandos a quienes representan.

Puede haber divergencias entre ellos en asuntos teológicos, arrastrados durante siglos. Pero sí estarán de acuerdo en lo sagrado de la vida. Entonces, no se puede silenciar un diálogo exigente con quienes detentan un poder público encargado de velar por el bien común de la comunidad, a la que se le está infligiendo el peor de los males: la supresión violenta de la vida. 

¿Por qué demandamos la presencia del estamento religioso en cuestiones políticas, como si quisiéramos volver a los tiempos de Carlomagno y sus sucesores en la Europa medieval? Por la sencilla razón de que se ha perdido la autoridad moral quienes intervienen en el conflicto. No se trata de sustituir el ejercicio del poder de quienes lo detentan, sino de susurrar con voz fuerte el cumplimiento de sus obligaciones a quienes  han dejado de lado, por juramento, el cuidado de los ciudadanos libres. 

Reina el "desorden" y en él enseñorea la muerte. ¿Quién si no se puede inmiscuir en esta tragedia para abrir un camino de diálogo en favor de la paz? Creemos que en esta contienda y en otras nadie se puede quedar al margen de procurar el bien cuando más de 5 millones de personas han huido de sus hogares, principalmente mujeres y niños, para salvar sus vidas?