Las trifulcas del Parlamento español, recuerdan el preludio de la guerra civil, en 1936



Los más de un millón de catalanes que se manifestaban en contra de la guerra de Irak en 2003, pueden hoy estar más cerca en España de un conflicto civil de grandes proporciones debido a la "intransigencia" de quienes deberían dar ejemplo en el Parlamento.





Está escrito: la persecución de la Iglesia no cesará hasta el fin de los tiempos.

Es increíble los miles (millones) de personas muertas asesinadas a causa de la fe a lo largo y ancho de la historia, sin otra razón que la de sus creencias. 

Tenemos un ejemplo reciente en la guerra civil española. Se suele  su inicio  en 1936. Pero no han faltado historiadores de prestigio recientes adelantando esa fecha a 1934. ¿Por qué? En esa fecha, en el mes de octubre, en Asturias, la región más conflictiva de España,  se dio muerte a cerca de cuarenta eclesiásticos. Su carne se colgaba en ganchos en las carnicerías anunciando: "Se vende carne de cerdo". En 1933, el papa Pío XI declaraba por primera vez: "En España la Iglesia está sufriendo una persecución". 

En 1931, sin legitimidad alguna, se proclama la segunda República española el 14 de abril. Había sido una consulta administrativa en la que vencieron los candidatos monárquicos, aunque no en las grandes capitales. El rey Alfonso XIII abandona España y los republicanos se instalan en el poder. Había sido un "golpe de Estado". 

A partir de ahí no reina la paz. En Madrid, Valencia y Málaga se saquean, destruyen y queman iglesias y conventos. El Gobierno permanecía impávido ante tales acontecimientos. La masonería, en la penumbra, alentaba la idea de sacar de España a la Iglesia. Con los acontecimientos de Asturias, la izquierda había perdido todo autoridad, pero empujaron a la parálisis del Gobierno, derribarlo y convocar nuevas elecciones para febrero de 1936. Pero la izquierda es derrotada de nuevo en las urnas. La calle se llena de violencia. En julio de 1936 se asesina a Calvo Sotelo, jefe de la oposición, y se da la rebelión militar en contra de la República. En esos momentos Franco ni siquiera figuraba en parte alguna del inicio de la contienda.

La persecución religiosa había comenzado en España en la década de 1930. El acento grave se da con los "mártires" de la revolución de Asturias. La izquierda protestó cuando el Vaticano beatificó en 2011 a cerca de 700 mártires. A estos se debe sumar los casi 7 mil eclesiásticos y miles de católicos asesinados durante la guerra española. 

No sabemos si hoy estamos a las puertas de una nueva y cruenta odisea. Sólo falta que, como en 1936, se produzca la muerte de un hombre justo en la calle. Entonces podría saltar por los aires hecho añicos todo lo logrado en estos años. Con otra dimensión, lo estamos viendo en Estados Unidos, si bien este país tiene una tradición democrática más robusta y asentada que la de España, donde no se tolera el aborto. 

Espero que estas líneas no sean más que un pájaro de mal agüero al recordar un triste pasaje de la historia.




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