Volver a empezar o seguir el curso hasta el fin


Fe y razón.



Josef Pieper, con frecuencia contertulio  de Josef Ratzinger, cerraba un capítulo de sus libros aconsejando con firmeza no dedicarse a las ilustraciones históricas, "sino más bien a calar en el fundamento  radical de una de una teoría filosófico-teológica  del hombre". 

De alguna manera resumía el filósofo alemán la idea del papa Benedicto sostenida hasta el final de sus días de la necesidad del diálogo entre fe y razón. Cuando este diálogo desaparece, la fe del hombre no tiene donde apoyarse para elucidar sin perderse los discursos de la fe; y, simultáneamente, la razón, al vagar el un inmenso vacío, atraído por la espectacularidad de la ciencia, cae en el relativismo al no saber a dónde dirigir su discurso,  pues se entretiene en las consideraciones de espacio y tiempo.

Hoy nos hemos ido  acercando a las propuestas del relativismo, y la sociedad se va acomodando con este entorno cómodo y práctico, porque puede hacer, literalmente, lo que mejor le parece o lo que le viene en gana.

Por eso, Benedito XVI,  advertía con firmeza no dejar, bajo ningún motivo, los caminos de la fe, de manera especial, a su querido pueblo alemán, tan salpicado ahora de propuestas cercanas a los viejos senderos ya caminados por calvinistas, protestantes y hugonotes desde el siglo XVI, aunque las propuestas claras de la fe nos vienen desde la llegada de las fiestas navideñas celebradas cada año desde hace dos milenios, como nos aconsejaban San Juan y Pablo en sus Cartas, siguiendo la tradición desde el "principio", una invitación a permanecer en él, tal como se les ha enseñado, sin sentir vergüenza alguna, pues en ello nos va la "vida eterna".

En fin, creemos con el papa Benedicto, que el gran mal de este siglo viene dado por el relativismo, con raíces determinantes en el "prohibido prohibir" de los gritos de estudiantes en las calles de Paris en 1968.

Llama la atención en estos días el silencio en Alemania de los fieles católicos donde Benedicto sufrió los embates del nazismo, y a los fieles que tanto quiso.





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