Ya se hace tarde y anochece


Ya es tarde y anochece.

Los distraídos miran al cielo buscando la aparición de algún fenómeno capaz de destruir nuestro planeta Tierra, y siguen los augurios de quienes predicen tales fenómenos. Pero, creemos, el momento final de nuestra raza no vendrá del espacio, sino de nosotros mismos. 

La familia es el punto de quiebre de nuestra sociedad humana, porque sobre ella descansa esta organización social primaria. Pero, además,  ya se han puesto las condiciones para desfigurar el hombre y la mujer. No es nuevo este asunto. Eva, la primera mujer de la creación, sucumbe a  la propuesta de la Serpiente: --¿Qué te parece Eva, si ahora te conviertes en un dios? Esta fue la primera propuesta de "transformación" de la especie; ser otra cosa, distinto de lo que ya se es. Y, encantada,  aceptó Eva la propuesta. Inmediatamente, se cayó al abismo, casi, el plan perfecto diseñado para la especie humana. Para ello bastaba con sólo una dieta brevísima del fruto del árbol prohibido. Al fin y al cabo --pensaba Eva--, una es dueña de su cuerpo, y puede hacer con él como le venga en gana. Puestos a elegir, entre ser sólo un hombre o alzarse hasta una "transformación" divina, no tiene ni qué pensarse.  De hecho, al verla su marido Adán tan dispuesta, aceptó también la dieta del árbol y así emprendieron juntos una nueva senda, la senda conducente a la "perdición" del hombre, de la humanidad entera.

Pero, claro, para esta transformación  hacía falta un vestido adecuado, y Dios les confeccionó uno con pieles de animales para que pudieran seguir trabajando fuera del Edén.Y les otorga un perdón envuelto en la promesa de la venida de una mujer que se hará plenamente disponible al plan divino, porque la confianza en el Salvador que va a venir es plena. Es la nueva Eva, que puede dar su total disponibilidad porque confía, elemento esencial en el juego eterno de la salvación del hombre. 

Ya es tarde y anochece: Quédate con nosotros. Creo que esta debe ser la petición en este momento por el que atraviesa el mundo. Nos quedamos a obscuras sin la verdad, y tropezamos una y otra vez con la realidad. A quienes se pasan el día mirando al cielo, se les olvida poner los pies en la tierra donde se pasea la familia

Apostar por la familia es devolver la esperanza a la tierra, porque sólo quienes creen, crecen y se multiplican y la hacen fecunda. 




Comentarios

Entradas populares de este blog

Cuando se acerca la muerte, y se piensa en el Purgatorio

La noche de las Perseidas, y san Lorenzo de Azoz

A veces se nos olvida que lo santos vivieron ---y viven--- en la tierra