Tras un año hablando de pandemia y vacunas: ¿sabemos algo?


Un año de pandemia. Un año de dimes y diretes. Cuando todo parece tomar cauce y las opiniones confluyen, salta a la palestra un nuevo problema. Ahora se estrena  el problema de las mutaciones del virus de la India, donde está causando estragos por  diversas razones, generando un sin fin de especulaciones debido a la falta de experiencia en el cómo atajar  esos nuevos brotes. Y se crea así una nueva subida de nivel del cauce de las versiones sobre el  famoso virus, y se quiere aislar al país  en el movimiento de sus ciudadanos fuera de sus límites.

En todo este proceso, se mezclan continuamente las opiniones de científicos y  políticos, aunque la decisión, en última instancia, suele quedar en manos de quienes tienen el poder en los parlamentos. Como no puede ser de otra manera, los media barajan todo este flujo a su conveniencia, y, como resultado,  se instala en escena, una vez más, el relativismo.

Las conversaciones privadas se tiñen de estos augurios, y las pocas reuniones sociales en curso, no dejan lugar a otros temas relevantes porque la pandemia absorbe el punto central de los intercambios sociales. 

La recomendación dominante parece ser la invitación a vacunarse, sin importar la procedencia de la vacuna. Es mejor, dicen, vacunarse que no hacerlo. Pero no todos están de acuerdo, y se les recrimina la falta de sensibilidad ante el riesgo de ser exportadores  del contagio por negligencia.  

El Estado  interviene en los asuntos privados, y se pronuncia de uno u otro modo según convenga al calendario electoral y no según las exigencias del bien común. Por ejemplo, la alcaldesa y socialista separatista de Barcelona Ana Colau ha retribuido hasta ahora la vacuna a todas las fuerzas del orden de la Ciudad Condal, a pesar de su constante contacto de oficio con la ciudadanía. 

Sin embargo, a la Comunidad de Madrid, se le niega la posibilidad de comprar las vacunas necesarias parar los ciudadanos, y el gobierno español les niega el suministro acordado con el fin de exhibirlos luego ante la opinión pública, dada la proximidad de las elecciones el próximo 4 de mayo a la presidencia de la capital de España, ocupada actualmente por Isabel Díaz Ayuso, del Partido Popular, una mujer determinada a vencer de nuevo en la contienda frente a la alianza. de los partidos socialistas y comunistas.

Lamentablemente, el beneficio personal proveniente de conseguir el poder, con frecuencia prevalece sobre el bien común de la mayoría, aun en tiempos de pandemia.






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