Volver a la vida

Reiniciamos este blog después de un parón imprevisto a causa de un achaque que me ha mantenido alejado de mis actividades ordinarias durante un mes y medio.
No sé exactamente dónde se encuentra el límite entre la vida y la muerte, pero, según me cuentan mi más allegados y los médicos, anduve rondando esos andurriales unos cuantos días.   
Según me cuenta mi esposa, ella inició una serie de llamadas para pedir oraciones, misas y sangre que resonaron, literalmente, en medio mundo. Quienes nunca habían rezado comenzaron a hacerlo, y de todos los rincones llegaron ofrendas de sangre, suficiente para superar el trance tan crítico.
Ocurrieron episodios espectaculares, que no voy a desgranar ahora. Lo único que me queda claro es la vida está en manos de Dios y de médicos competentes.

Y a partir de hoy regreso a redactar estas notas sobre algunos hechos sobresalientes de la vida y de la cultura que, en ocasiones, no encuentran eco en los medios de comunicación o aparecen de manera harto sesgada.

La vida es buena, porque es una creación de Dios; y Dios es bueno. Los avatares que nos pasan, bien nos los hemos buscado o son permitidos por nuestro Creador.

Resulta claro cómo la prensa, en su mayoría, ataca una y otra vez la fe y la religión de los creyentes. Siempre se regresa a los tiempos antes de la Ilustración, sin querer ver que en la época "oscura" de la Iglesia (un invento inglés sin fundamento alguno, que se sigue repitiendo para colocarlo cada día según convenga por quienes alardean de basarse en hard data para sustentar cualquier aseveración), que solamente duró ¡diez siglos!, en esa "obscuridad" se dio forma a los hallazgos más significativos que perduran hasta nuestros días.

Pero estamos ante una cuestión ideológica. No se quiere aceptar por algunos que la vida y todo lo bueno que nos rodea, incomprensible aún para los grandes científicos, viene de esa inteligencia, que es persona, racional, que cabe  en lo mínimo y rebasa lo máximo.

En fin, me da mucho gusto dar gracias a ese ser bueno, que me ha querido dejar todavía más tiempo entre ustedes, para seguir dando gloria a este Padre, que nos cuida siempre entre sus manos.

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