El aborto: crimen abominable.

Mientras la Real Academia Española (RAE) ya ha decidido incorporar a su léxico la voz "posverdad", todavía en proceso de definición precisa, se puede invocar la palabra desde ahora, porque nos hace falta para describir las barbaridades perpetradas desde su aparición en 2003.

No nos podemos acostumbrar a la aceptación del aborto como un episodio más de la historia nacional y mundial, urdida por los representantes de los países más poderoso de la tierra, en las reuniones de ONU de 1994 en Egipto y China al año siguiente.

No importa bajo que circunstancias el aborto es y será siempre un crimen abominable (Gaudium et Spes 51). Este acto está condenado por la revelación divina, pero además la razón nos dice sobre el carácter humano del embrión desde el principio de la concepción.

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