Apetece dormir, pero...es la fiesta de la Magdalena

Eran casi las cinco de la tarde de un día cualquiera, un martes. Después de semanas de lluvias intensas, por fin el sol dejaba ver su cara y daba gusto dar el paseo acostumbrado. El día, sin embargo, aparecía especial si se consideraba la fiesta de esa fecha: santa Maria Magdalena. La vida de esta mujer aparece oculta a nuestros ojos, excepto que ella amaba a Jesús y él a ella. Quizá todo comenzó cuando el Maestro expulsó siete demonios de su vida, y desde entonces la vemos como alguien inseparable de la vida de su liberador. Solía viajar con Jesús acompañando a María, su madre. y junto a otras mujeres venidas de diferentes partes de Israel, que proveían con sus bienes a Jesús en sus viajes. Pero en el momento clave de la crucifixión, aparece junto a su Madre y Juan. Sólo ella es capaz de permanecer en medio de los soldados y las burlas de los sacerdotes y fariseos. Su valor se demuestra especialmente después de su entierro...