Responder con el corazón: el buen ejemplo de Carlos Alcaraz
Al terminar de ver la final de tenis entre Jannik Sinner y Carlos Almaraz en París, el trofeo Roland Garros se quedaba en manos del español de apenas 22 años cumplidos.
Ya se ha dicho muchos sobre esta final de más de 5 horas y media de duración y se dirá más cuando se concreten los increíbles detalles de este duelo de tintes épicos.
Vale la pena enseñar este duelo entre maestros a los jóvenes de nuestro tiempo para ejemplo de aprendizaje de cómo de pasar del infortunio, donde todo parecía perdido, a una victoria sin precedentes en este deporte. Las comparaciones son inevitables, pero lo acaecido en este juego es único.
La reciedumbre de ambos jugadores, el respeto mutuo, la educación ante un público inamovible de sus asientos para ver el punto siguiente del partido, son todo indicadores de un gran torneo donde los actores principales se portaron y dieron lo máximo en cada momento.
Jugar durante más de cinco horas sin parar requiere una preparación previa que no se puede improvisar en un juego de esta naturaleza donde el torneo llegó por los media a millones de telespectadores, sin contar con quienes vieron el juego de cuerpo presente.
Cuando el cuerpo ya está en su límite, se juega con el corazón, usando hasta el extremo cada una de las técnicas aprendidas durante años de entrenamientos agotadores. En el caso de Carlitos, así quiere que lo llamen, empezó a jugar cuando apenas contaba cuatro años de edad, de la mano de su padre, quien en su juventud también le gustaba este deporte y llegó a competir en algún torneo local.
Ha conseguido los trofeos en toda la variedad de superficies tenísticas, hierba, tierra batida y cemento, algo difícil de conseguir debido a las habilidades propias necesarias para cada una de los terrenos del tenis.
En fin, la resistencia ante la adversidad y la respuesta con el corazón ante las presiones ante el acecho del desánimo, son algunas de las virtudes a emular después de ver el rendimiento sin apagones de esta pareja de tenistas.
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