Lo más importante
Hemos llegado a uno de los puntos culminantes de la historia, donde se hace más explícito el amor de Dios por los hombres. Se trata del domingo de la "misericordia".
El amor divino se nos ha manifestado de muchas maneras y en tiempos distintos. Por supuesto, su "encarnación" y "nacimiento" ocupan uno de estos lugares donde el amor se palpa, sin los cuales el hombre quedaría sin rumbo en la tierra. Luego, vienen la muerte y la "resurrección" del Señor.
Pero, como muchas veces la gente no se entera, vienen toda una serie de apariciones de su Madre Santa Maria a personas de todos los países dejando mensajes inolvidables, válidos para todo tiempo y para todas las personas.
Sin embargo, el último regalo divino, después de mostrarnos su Sagrado Corazón en el año 1673 a la monja santa Margarita María de Alacoque, es el mensaje dado a Sor Faustina Kowalska, monja polaca, que reproduzco a continuación porque no tiene pierde:
"Hija mía, habla al. mundo entero acerca de Mi infinita misericordia. Yo deseo que la Fiesta de la Misericordia sea el refugio de todas las almas, y especialmente de los pobres pecadores. Las entrañas más profundas de Mi misericordia se abren en ese día. Derramaré un caudaloso océano de gracias sobre aquellas almas que acudan a la fuente de Mi misericordia. El que recibiere en ese día, los Sacramentos de la Confesión y de la Santa Comunión obtendrá el completo perdón de sus pecados y del castigo. En ese día se abrirán las divinas compuertas por las cuales fluyen las gracias divinas. Que nadie tenga miedo de venir a Mí, aunque sus pécados sean de color escarlata. Mi misericordia, es tan grande que ninguna persona, sea ésta de hombre o de ángel, podrá sondearla a través de la eternidad. Todo lo existente ha salido de las mismas profundidades de Mi tierna misericordia. Toda alma de acuerdo en su relación conmigo , contemplará Mi amor misericordia a través de la eternidad. La Fiesta de la Misericordia salió de mis entrañas más profundas. Es mi deseo que sea celebrada solemnemente ek primer Domingo después de Pascua. El hombre ni tendrá paz hasta que no vuelva a la Fuente de Mi Misericordia". (699 de la biografía de Sor Faustina).
No tengo nada que añadir excepto que este mensaje cuenta con las bendiciones del Papa San Juan Pablo II, quien canonizó a Sor Faustina y contribuyó a expandir su devoción a la Divina Misericordia por todo el mundo.
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