Trabajar en equipo versus ser influencer
El mundo se nos ha llenado de personajes solitarios a quienes siguen miles de admiradores. Viven en soledad, pero su trabajo consiste en atraer a miles, quizá millones, de otros personajes que, a su vez, viven en soledad.
Se trata de los llamados influencer (influenciador. dicho en romance). Su éxito depende del atraer a los demás cuando aparecen en público. Y, naturalmente, no pueden sobresalir si su apariencia se iguala a la de los demás.
Entonces, para destacarse en medio de la multitud deben lucir de manera especial, distinta, a la de los observadores. Parte de ese proceso se logra viviendo en soledad. No puede permitirse quienes aspiran a destacarse por su atuendo --o falta de él-- la presencia de alguien en su entorno capaz de copiar su apariencia. Si esto ocurriera, se dispararía en seguida entre los guardianes de la moda la iniciativa de quienes andan por el camino exclusivo de un infuencer.
Para no copiar, no ver. Por eso se plantan cientos de fotógrafos con sus cámaras, día y noche, con el fin de desvelar al gran público, vendiendo como exclusiva, por ejemplo, cómo le sienta el traje de baño a la princesa Leonor de España en su gira en un barco de la Armada española debido a su entrenamiento para llegar a ser una oficial del ejército. En uno de los descansos de meses de práctica por los océanos del mundo, se le ocurrió vestirse con esa prenda y se convirtió en una atracción indiscutible para las cámaras de los paparazzi. Por supuesto, esta persona, en este caso, no tiene la culpa de causar tales revuelos, pero sí debería conocer de antemano que con su modelo atraería la atención de quienes sólo buscan la ocasión para negociar con la imagen.
En efecto, por nombre, oficio, o cultivo, las personas, especialmente las del sexo femenino (aunque no faltan los del sexo masculino) lucran de tal manera con su apariencia que en el festival de Cannes reciente se ha prohibido a algunas actrices entrar con el atuendo que tenían diseñado. ¡Cómo estaría el "modelito" de la tal señora para que en un ambiente de Hollywood se tomen tales medidas!
Esta tarea tan de moda nos aísla de los demás, compitiendo como suelen por lograr una exclusiva, y desaparece desvirtúa el trabajo en equipo, verdadero quehacer si se quiere progresar porque cada uno tiene un algo que cumplir y suple con su trabajo lo que el del otro carece. Se comparte el riesgo y se diluye el alardear de los logros en solitario.
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