Cuando falta el amor no se discierne, y... se vuelve entonces un "okupa"


El amor permite asomarse a la vida más íntima de los demás. Pero también la infección. Esta se cuela y llega a alimentarse de lo que no es, de lo ajeno, y sobrevive así sin dejar en paz desde que nace el sujeto de su residencia,

Es mismo modelo del ahora tan de moda:  el okupa. Un cuerpo extraño se instala en una propiedad ajena y sobrevive a expensas del propietario, quien con frecuencia, debido a una medicina legal inapropiada, logra, como una bacteria, decidir cuándo debe marcharse del espacio habitado sin permiso alguno. 

Al okupa no le interesa saber si la residencia okupada es una violación al derecho de propiedad. Sólo le interesa estar ahí, sin permiso de sus dueños, sin reconocer el daño causado con su estancia forzada.

Por eso, cuando falta el amor, no se discierne, no quiere saberse nada de las víctimas de sus acciones. Se convierte en un parásito incómodo sin derecho alguno, con el único argumento de haber encontrado vacía la vivienda --aunque a veces se desaloja a los dueños  por la fuerza, sin que autoridad alguna intervenga en el proceso--. 

Queda claro ante tal asalto a la propiedad privada, la presencia del desamor, pues no se pretende lograr un conocimiento de las personas a quienes se echa de su propiedad, sino se procura ir creando mecanismos de supervivencia cada vez más sofisticados, más violentos incluso, para hacerse de la propiedad ajena para siempre. No importa. 

Estos resultados explicarían cómo los mapas de la historia han ido variando según los dueños, los okupas territorios ajenos, según el paso del tiempo. A ninguno de estos okupas le interesa conocer mejor a los residentes de un espacio determinado, Interesa sobretodo desalojar o someter a quienes ahí vivían para medrar en su propósito de conquista, como el parásito instalado en un cuerpo ajeno con el fin de medrar. 

De esta manera vemos cómo la falta de amor en el mundo, en la familia, en la sociedad, permite violar los presupuestos mínimos para una  convivencia pacifica. 





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